SANTO DOMINGO. Las imprevisiones son siempre perjudiciales porque impiden seguir de forma oportuna cronogramas de trabajo y el cumplimiento de objetivos, especialmente cuando necesidades básicas han debido de ser satisfechas de manera urgente y anticipada.
Por esa razón muchos munícipes de diferentes zonas del Gran Santo Domingo no acaban de entender cómo las fuertes lluvias e inundaciones de la tormenta Fred nos sorprendieron con los desagües tapados u obstruidos.
Este problema fue la causa principal, de que ante la gran cantidad de agua, rápidamente se formaran lagunas, sin que hubiera medios para que el volumen acumulado pudiera irse gradualmente, como ocurre cuando los desagües están limpios.
¿Cómo es posible que organismos del gobierno central y también de los diferentes cabildos no tomaran las previsiones de lugar, como se ha hecho en otras ocasiones de inminentes pasos de fenómenos atmosféricos, para limpiar a tiempo estos depósitos colocados debajo de aceras y esquinas y que guían las aguas pluviales y residuales hacia pozos tubulares?.
Como la ciudad carece de un moderno sistema de alcantarillado, estos desagües son la única vía para evitar inundaciones en calles y avenidas cuando se registran grandes precipitaciones como las provocadas por Fred.
Además, árboles con grandes ramas abatidas por los vientos se precipitaron al suelo, lo que junto a las inundaciones provocó un caos y grandes congestionamientos de tránsito en toda la ciudad, porque al parecer, ninguna autoridad entendió que era necesario hacer una poda rápida y a tiempo, mientras la tormenta seguía en su trayectoria acercándose al territorio nacional.
Si no aprendemos de lo sucedido y volvemos a reeditar esta inexcusable imprevisión, los problemas y consecuencias se replicarán y tanto la lección como la rectificación tenemos que tomarlas ya, puesto que se avecina otra tormenta, hasta ahora con la misma trayectoria seguida por Fred.
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