Berlín.- El presidente del instituto económico alemán Ifo, Clements Fuest, advirtió hoy del impacto que tendría sobre los precios del petróleo y del gas una invasión rusa de Ucrania, al tiempo que aludió a la dependencia mutua entre Europa Occidental y Rusia.
«Incluso si no hubiera obstáculos al suministro de gas, habría un impacto sobre el precio, al menos de manera temporal, que afectaría por igual a los hogares y a la industria en Alemania», señaló.
Agregó que si por el momento los pronósticos apuntan a una tasa de inflación del 4 % para 2022, «en caso de declararse una guerra, podría ser aún mayor».
Al mismo tiempo aludió a la dependencia mutua entre Europa Occidental, que necesita el gas y el petróleo rusos, y Rusia, que precisa del dinero que se paga por ellos.
Fuest considera improbable una suspensión de los suministros, porque Rusia sigue interesado en vender gas a Europa, también en un futuro.
En caso contrario, la Unión Europea podría comprar gas de otra procedencia, por ejemplo, gas licuado en buques, indicó.
En este sentido, el presidente del Ifo considera en todo caso adecuado ampliar la infraestructura para ello.
Más allá del mercado energético, la economía de Rusia no es tan importante; el producto interior bruto ruso corresponde al rendimiento de Bélgica y Holanda juntas y las relaciones económicas de todas formas ya se han visto limitadas por las sanciones existentes, señala el comunicado.
Según Lisandra Flach, jefa del Centro para Comercio Exterior del Ifo, las sanciones impuestas por la ocupación rusa de la península ucraniana de Crimea «reducen el rendimiento económico de Alemania en alrededor de 5.000 millones de euros al año, el correspondiente al 0,16 % del PIB alemán».
«El perjuicio para Rusia es mayor. Asciende al 1,2 % del rendimiento económico ruso», agregó.
«La imposición de más sanciones supondría una carga adicional para la economía alemana, pero notablemente más para la rusa», afirmó.
Por otra parte, Fuest considera más bien improbable un desplome de la demanda del consumidor alemán por la crisis ucraniana y precisó que la razón que frena actualmente el consumo es la variante ómicron.
«Pero los hogares han acumulado ahorros considerables que están dispuestos a gastar, a pesar de unos precios energéticos más altos», añadió.
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