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Irracional y negativa

La insistencia de la directiva del Colegio Médico de no solo mantener sino extender el movimiento huelgario para sustentar el reclamo de aumento salarial para los profesionales de la salud, solo puede ser calificada de irracional y negativa.

El propio presidente del gremio al tratar de justificar esa actitud, siempre cuestionable en tanto priva de atenciones a los sectores más empobrecidos de la sociedad, pero más en estos momentos en que resurge con fuerza el dengue con el agregado del zika, termina atrapado en su propia argumentación.

Al acusar al Ministerio de Salud Pública de falsear los datos que se ofrecen a la población, afirmando que es mayor la cantidad de casos afectados por este último virus tanto como la de muertes por dengue que asegura asciende a la cifra de veinte en lo que va del presente año,  cinco veces más que las reportadas oficialmente,  está colocando en la picota pública a la propia clase a la que alega defender.

Si mantiene que tanto la cantidad de afectados por el zika como la de muertos por dengue supera las divulgadas por el Ministerio de Salud Pública y está en lo cierto… ¿entonces no es razón de más para que los médicos se reintegren  al servicio en vez de mantenerse en huelga?  ¿No están contribuyendo a agravar el problema por inasistencia profesional, poniendo en riesgo la salud y la vida de los pacientes? ¿No están justificando con esa actitud, el informe rendido por la Organización Panamericana de la Salud cuando al investigar los más de cien muertos que dejó el dengue el pasado, reportó que la mayor parte había sido por diagnósticos errados y falta de seguimiento profesional a los enfermos?

Ahora mismo, al disponer la radicalización y extensión del movimiento huelgario, el presidente del gremio dijo que aspiraba a lograr el mismo resultado obtenido por la movilización popular que condujo al cumplimiento de la ley estableciendo un cuatro por ciento del Producto Interno Bruto para la Educación, a fin de que se destine  el cinco por ciento para la salud.   Dicho sea de paso, no identifica de dónde pudieran salir los fondos para una erogación superior a la Educación dentro del marco de un presupuestario deficitario.

Obvió señalar, sin embargo, que ese movimiento cívico no apeló a huelgas, ni llamó a paralizar las aulas y suspender la docencia, ni tomó por asalto la sede del Ministerio de Educación, ni se lanzó a la calles a promover protestas incendiarias, sino todo lo contrario, logrando sus propósitos sin ocasionar ningún tipo de traumas.

¿Es que el gremio médico no es capaz de hacer lo mismo?  ¿Acaso ignora la directiva del CMD que su aspiración de mejores sueldos para los profesionales de la salud cuenta con la simpatía de la mayoría ciudadana, que, en cambio, rechaza el método que están empleando para tratar de conseguirlo como el de utilizar a los pacientes pobres de “carne de cañón”, tal lo califica certeramente el respetado semanario “Camino” de la Iglesia Católica en su última edición?

Si por otro lado, es cierto que quienes tenían fijada fecha de consulta con los especialistas, tendrán ahora que esperar entre 30 y 45 días para ser atendidos, ¿no resulta muy posible que sus dolencias se agraven y hasta queden en riesgo sus vidas?  ¿Han pensado en la responsabilidad moral que les cabe por ese motivo?

(Cierto que existe el precedente de que las conquistas médicas han sido obtenidas a través del método de huelga, del cual su presidente actual se confiesa estudiante de la Ministra de Salud, a quien le corresponde haber protagonizado la más prolongada paralización hospitalaria cuando era dirigente gremialista, la cual ahora, situada en la otra banda, aparenta una inexplicable indiferencia frente a un problema de tanta magnitud social, humana y política que es de su directa competencia y  gestión).

Pero…¿tiene que ser necesariamente siempre así?  ¿No puede la directiva médica hacer un ejercicio de imaginación para ensayar otro método que lleve a las autoridades sanitarias a la mesa de negociaciones sin tener que tomar de rehenes a quienes la pluma del mexicano Mariano Azuela llamó “los pobrecitos pobres” en su excelente novela “Los de abajo”?

Ojalá la directiva médica recapacite. Que tome plena conciencia de su compromiso prioritario que es no desertar del servicio que conlleva su profesión, menos en estos momentos.  Que al igual que ocurrió con el cuatro por ciento para la Educación, que ha permitido aumentar por tres años consecutivos el salario a los maestros, busque apoyo en la ciudadanía y en la indudable fuerza que esta ha ido adquiriendo y el grado de auténtica presión que ha demostrado poseer en la seguridad de que podrá contar con acogida y absoluto respaldo, a fin de obligar a las autoridades sanitarias a establecer un canal permanente de diálogo para discutir y solucionar los problemas de la clase médica sin tener que apelar a medidas extremas, que en este caso nunca dejan de ser odiosas por las consecuencias que acarrean.

Vale la pena que traten de intentarlo.

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