Redacción Internacional.- La reina de Inglaterra, Isabel II, ha roto una larga tradición reconocida dentro y fuera de la casa real británica: la de tener perros que sean solo de la raza corgi, animales pequeños que no superan los 40cm de altura.
A pesar de que por la familia real británica han pasado más razas, es grande la afición de la reina por esta raza, aunque recientemente la ha roto, pues ha adoptado un cocker spaniel llamado Lissy, según cuenta Daily Mirror.
La estirpe ‘real’ de corgis en Buckingham comenzó en 1944, cuando Isabel II tenía solo 18 años y recibió como regalo a Susan, ya que su padre también era aficionado a estos perros, originarios de Gran Bretaña.
Durante los años, los descendientes de Susan han sido algo más que perros de la familia, llegando hasta los 14 ejemplares, aunque ha llegado a tener hasta 30 de esta raza. En 2018 murió Willow, el último de esta estirpe, de cáncer a los 14 años.
Pero Lissy es diferente: es un cocker spaniel -una raza también originaria de Inglaterra- de cuatro años y ganador de un premio.
Isabel II ha celebrado recientemente sus 70 años en el trono, casi un año después de la muerte de Felipe de Edimburgo a los 99 años, dos meses antes de cumplir los 100 años.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email