Jerusalén.- Al menos 33 palestinos perdieron la vida en Gaza y otros 118 resultaron heridos en la última jornada a causa del fuego israelí, según el balance del Ministerio de Sanidad del enclave, controlado por Hamás.
La cifra total desde que comenzó la guerra creció hasta los 39.538 fallecidos, mientras que los heridos en casi diez meses de conflicto ascienden a 91.398, si bien Sanidad advierte de que miles de cuerpos continúan entre lo escombros inaccesibles para los equipos de emergencia.
El Ejército continúa operando en todo el territorio, con ofensivas activas en Ciudad de Gaza, en el norte, Rafah, en el sur, y habiendo llevado a cabo bombardeos esta madrugada contra los campos de refugiados del centro del enclave.
«Al principio de la pasada semana, en una de sus operaciones para localizar túneles subterráneos en la zona de Filadelfia (el corredor fronterizo entre Gaza y Egipto), se encontró un túnel de tres metros de altura», aseguraron las fuerzas armadas en un comunicado emitido este domingo.
En sus operaciones, los soldados destruyeron decenas de túneles en la zona del corredor de Filadelfia, según el texto, en el que aseguraron tener la determinación para «evitar su creación en un futuro«.
Evitar el trasvase de armas desde Egipto hacia Gaza en esta ozna es una de las demandas y «líneas rojas» que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, estableció a principios de julio.
Por otro lado, las fuerzas armadas detectaron el lanzamiento de cinco cohetes desde el sur de la Franja hacia territorio israelí, de los cuales uno cayó en un área abierta cerca de la ciudad de Ascalón, a unos 11 kilómetros de la frontera norte de Gaza.
En la capital, ciudad de Gaza, cinco personas perdieron la vida en las últimas horas por dos ataques aéreos israelíes.
Uno se produjo contra un grupo de personas en el barrio de Shujaiya de la capital, Ciudad de Gaza, matando a dos palestinos cuyos cuerpos fueron trasladadas al hospital Bautista, según Wafa; y tres más perdieron la vida cuando los aviones dispararon contra un vehículo en Zeitún.
Mientras tanto, en el corazón del enclave, un bombardeo nocturno contra las tiendas de campañas en las que los desplazados se refugian en torno al hospital Mártires de Al Aqsa, en Deir al Balah, mató a al menos cinco palestinos, según la agencia de noticias local Wafa.
«Las fuerzas aéreas golpearon a un operativo que llevaba a cabo actividades terroristas en Deir al Balah», señaló el comunicado castrense al respecto emitido esta mañana, tras el cual se registraron «explosiones secundarias» que achacó a la «presencia de armamento en el área».
Mientras tanto, la crisis humanitaria en la Franja sigue agravándose, con la expansión de la hepatitis A, con cerca de 40.000 casos desde el inicio de la guerra, según el director general de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
En el mismo periodo de tiempo previo a la guerra, las clínicas y refugios de la UNRWA sólo acogían 85 casos de esta enfermedad.
Tanto UNRWA como otras organizaciones humanitarias alertan de que la escasez de agua, sumada a la acumulación de basura y residuos en pleno verano, han creado el caldo de cultivo para la transmisión de enfermedades.
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