Milán.- Cientos de personas llegaron este miércoles ante la catedral de Milán, Italia, para dar el último adiós, horas antes de las exequias del ex primer ministro Silvio Berlusconi, para lo que se pretende será un acontecimiento histórico.
Desde las 15:00 horas locales, el Duomo de Milán, ciudad natal del político, acogerá los funerales oficiados por el arzobispo Mario Delpini y ante autoridades nacionales y europeas, desde el jefe del Estado, Sergio Mattarella, a la primera ministra, Giorgia Meloni.
Antes de mediodía la plaza de este monumental templo se encontraba custodiada por un amplio dispositivo policial, que controlaba los accesos y el hormiguero de seguidores del político y turistas.
Mientras, las banderas de Milán, de Italia y de la Unión Europea de la plaza ondeaban a media asta, como en todo el país, en el que se ha declarado una jornada de luto nacional.
En la explanada, en la que se espera la llegada de unas 10,000 personas, se han instalado dos pantallas gigantes para seguir la liturgia dentro de la catedral y otras dos más pequeñas en camiones en los laterales de la explanada para repartir las concentraciones.
Todo el lugar ha sido delimitado con verjas y en la primera fila ya se parapetan los seguidores más fervorosos del «ex-Cavaliere», muchos llegados de otras ciudades para darle el último adiós.
Alberto, por ejemplo, salió a las 5 de la mañana desde su ciudad, Treviso (norte), después de decidir su presencia anoche a última hora, tras ver en la televisión unos «ataques innobles» a la memoria del controvertido político.
De hecho, muchos en Italia cuestionan si es oportuno otorgar un funeral de Estado a un político tan «divisivo», siempre salpicado por escándalos judiciales y condenados incluso por fraude fiscal.
“No quería venir hoy aquí, quería verlo por la televisión, pero las insolencias que han dicho con el muerto aún de cuerpo presente, van más allá de la dignidad de una persona”, critica Alberto.