CANNES.- Emocionada y muy sonriente, Jodie Foster recibió este martes la Palma de Oro de honor del Festival de Cannes de manos de Pedro Almodóvar, quien la describió como una «artista excepcional» que comenzó como una pequeña encantadora y se convirtió en una mujer cineasta en una época que no era tan habitual.
Un gran honor, en palabras de Foster, recibir este reconocimiento que marca el regreso del cine a Cannes. «Hace más de 45 años que ‘Taxi Driver’ ganó la Palma de Oro y estoy muy agradecida a este lugar que lanzó mi carrera».
Por eso, ha sido muy importante para ella regresar al Gran Teatro Lumiére para alimentarse de cine.
«Estoy deseando ver lo que el futuro nos guarda, a todos juntos», dijo Foster, acompañada por Almodóvar, que también destacó la importancia de participar en un acto que supone volver a «celebrar el cine de autor en una gran pantalla».
El cineasta español recordó que Jodie Foster presentó su filme «Dolor y gloria» en 2019 en Los Ángeles y tuvo palabras cariñosas para la «pequeña encantadora de ‘Bugsy Malone'», que fue descubierta en Cannes con «Taxi Driver».
«En una época en la que las mujeres cineastas eran raras en el cine, has elegido tus papeles muy inteligentemente» y «has sabido crear el retrato de una mujer que muestra su fuerza sin esconder sus debilidades», le dijo a la actriz.
Antes de recibir la Palma, Jodie Foster entró en el escenario al grito de «Sienta bien salir, ¿verdad?». E hizo un discurso, en francés, en el que proclamó su amor por el cine, especialmente tras un año en que el todos hemos estado encerrados y muchos enfrentados al sufrimiento, «a veces mortal».
Un año en el que cine se ha convertido en su tabla de salvación, revisando la filmografía de directores como Bong Joon Ho, Pedro Almodóvar, Akira Kurosawa o Spike Lee.
«Aunque las salas estaban cerradas, el cine siempre continúa», resaltó la actriz, recibida en pie y con un caluroso aplauso por todos los asistentes a la gala de inauguración del 74 Festival de Cannes.
«Después de 52 años de carrera aprecio la creatividad que renueva nuestro oficio», así como «la magia de las imágenes, la autenticidad de emociones y la provocación» porque el cine está para «emocionar, conectar y transformar», subrayó.
Para la actriz y directora, no hay mayor felicidad que abrirse a los espectadores. Y por ello, nunca perderá «la gratitud por el cine».
Una «trayectoria artística brillante» en el cine y «una personalidad única», como señaló el Festival de Cannes al anunciar que una de las Palmas de Oro de honor de este año era para ella, por haber sabido unir exigencia con popularidad y conciliar con naturalidad la industria de Hollywood con el cine de autor.
Niña prodigio del cine, Jodie Foster (Los Ángeles, 1962) deslumbró con 14 años en «Taxi Driver», a la que siguió una impresionante trayectoria que incluye dos Óscar como actriz, por «The Accused» («Acusados», 1988) y «The silence of the Lambs» («El silencio de los corderos», 1991).
Pero se hizo popular mucho antes, cuando protagonizó con tan solo tres años un anuncio de Coppertone. Continuó en la publicidad mientras empezaba a participar en series de televisión y pronto dio el salto al cine.
Fue Scorsese quien le dio un papel que marcaría su carrera, el de la pequeña prostituta Iris en «Taxi Driver», un personaje para el que recibió ayuda psicológica y que le valió su primera nominación al Óscar. El filme se presentó en el Festival de Cannes y ganó la Palma de Oro.
Años después, John Hinckley disparó contra el entonces presidente de EE.UU., Ronald Reagan, para atraer la atención de la actriz, entonces de 18 años.
Era una época en la que había reducido su trabajo para centrarse en sus estudios universitarios en Yale, donde se refugió tras el incidente para tratar de llevar una vida normal. En 1985 se graduó magna cum laude en Literatura con una tesis sobre Toni Morrison.
Tres años después llegaría uno de los papeles más importantes de su carrera, el de una mujer violada en «The Accused» («Acusados»), con el que consiguió su primer Óscar.
El segundo llegó tan solo tres años después por su Clarice Starling de «The silence of the Lambs» («El silencio de los corderos»), un gran duelo de interpretación con Anthony Hopkins, que también ganó el Óscar.
Desde entonces, sin abandonar la interpretación, dio un giro a su carrera y ese mismo año estrenó su primera película como directora, «Little Man Tate» («El pequeño Tate»). Le siguieron «Home for the Holidays» («A casa por vacaciones», 1995), «The Beaver» («El castor», 2011) y «Money Monster» (2016).
Una brillante carrera para una actriz muy discreta y poco dada a los medios, que no hizo pública su homosexualidad hasta 2013, con un emotivo discurso en los Globos de Oro.
«Ya salí del armario hace cientos de años, en la Edad de Piedra. Aquellos días encantadores en los que una joven y frágil niña se sinceraba con amigos, familia y compañeros que la conocían, para al final sincerarse con todo el mundo».