Dos semanas antes del acto del 15 de diciembre de 1973 celebrado en los salones de Fiesta De Luxe, donde fue constituido formalmente el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el Profesor Juan Bosch respondió un cuestionario escrito que le presentó el periodista del diario vespertino La Noticia Víctor Manuel Grimaldi Céspedes (Victor Grimaldi).
La entrevista apareció con el título BOSCH: “NO HAY UNIDAD SIN LUCHA” en la edición del 2 de diciembre de 1973, p.11.
—Víctor Grimaldi (VG): ¿Será el PLD un partido de cuadros o de masas?
—Juan Bosch (JB): Hoy no se dan diferencias entre un partido de cuadros y uno de masas. Por ejemplo, el Partido Comunista Francés o el Partido Comunista Italiano son al mismo tiempo de cuadros y de masas; los dos tienen varios millones de miembros dirigidos, a todos los niveles, por miles y miles de cuadros. Ahora bien, los cuadros son profesionales políticos y a través de ellos van las consignas y las líneas del partido hasta las masas, como a través de ellos van también hacia la dirección del partido las inquietudes y las preocupaciones de las masas. Nosotros quisimos hacer del PRD un partido de cuadros y de masas, pero no pudimos lograrlo. El individualismo anárquico de la pequeña burguesía que aspira a ser burguesía o parte de la oligarquía lo impidió; y digo esto refiriéndome a la mayoría de los dirigentes perredeístas, no a sus masas.
—VG: ¿De qué forma impulsaría el PLD la liberación dominicana?
—JB: Podría responderle esa pregunta cuando esté elaborada la doctrina del PLD, y con ella su programa. Todavía, como se sabe, nos hallamos en la etapa organizativa.
—VG: ¿Qué diferencia establece Ud. entre la política unitaria definida por la Comisión Permanente y la seguida por Peña Gómez antes de su regreso en 1970? ¿Sigue Peña Gómez concibiendo la unidad de esa manera?
—JB: En el año 1970 el Dr. Peña Gómez participó en un acuerdo que establecía que los partidos firmantes de él no tomarían parte en las elecciones si el Dr. Balaguer se presentaba como candidato a la reelección. Ese acuerdo fue tomado por los líderes de los partidos, pero el Pueblo estuvo ausente de él; así, pues, al acuerdo le faltó el apoyo popular, y los líderes de los partidos pudieron romperlo fácilmente. Ahora el Pueblo es cerradamente unitario y el partido que rompa la unidad va a quedarse solo, quiero decir, sin gente que lo siga. Esa participación del Pueblo en el proceso unitario no se logró espontáneamente; se obtuvo porque estando nosotros (esa Comisión Permanente tan atacada por la derecha perredeísta) al frente del PRD, hicimos que las bases del partido tomaran parte en los debates internos sobre la unidad, y de la base del PRD la voluntad unitaria pasó al Pueblo. Ahora, ya Ud. ve; esa decisión mayoritaria del Pueblo a favor de la unidad es usada contra nosotros por los actuales dirigentes del PRD, que pusieron como condición que les entregáramos la Casa Nacional y algún que otro local del interior para ellos entrar en la unidad. ¿No es admirable el patriotismo de esos dirigentes? ¿No le recuerda el de Duarte, cuando mandó que su familia vendiera todo lo que tenía para dárselo a la patria?
Siendo como somos nosotros luchadores por la liberación nacional, naturalmente aceptamos el chantaje porque pensamos que así contribuíamos a lograr la unidad oposicionista. Otra diferencia fundamental entre la actividad unitaria del Dr. Peña Gómez y la actual es que la de ahora está haciéndose sobre la base de un programa común y la de 1970 se hizo mecánicamente, poniendo los partidos uno al lado de los demás, sin nada de tipo político que los uniera.
—VG: ¿Por qué considera Ud. imposible pactar con la derecha del partido y tratar de lograr darle una salida táctica a la situación política nacional?
—JB: Porque pactar con la derecha perredeísta era pactar con la anarquía, la indisciplina y el retraso político, con muy contadas excepciones; y yo he visto varios partidos populistas, del tipo del PRD, pasar a la corrupción más desenfrenada.
Hace solamente 15 días que un grupo encabezado por la ex Comisión Permanente del PRD decidió dejar ese partido y fundar el PLD, y ya dentro del PRD se han desatado los apetitos electorales. Con esos apetitos sueltos no es posible darle al PRD un rumbo útil para el país; por ese camino el PRD va a pasar a ser una copia del reformismo en sus peores aspectos.
—VG: ¿Seguirá el PLD con idéntica táctica que la trazada por Ud. y la Comisión Permanente para el PRD?
—JB: Una táctica está determinada por la línea estratégica de la cual depende, pero esa táctica depende también, en igual grado, de los medios de que se dispone. El PLD no dispone de los mismos medios que teníamos a la mano en el PRD, si bien creo que en calidad política, los que nos ofrezca el PLD van a ser superiores a los que nos ofrecía el PRD, entre otras razones porque vamos a establecer desde el primer momento en el PLD una disciplina consciente con profundas raíces ideológicas. Por eso que acabo de decir, la táctica del PLD no será la misma que la que se aplicaba en el PRD.
—VG: ¿Apoyaría el PLD la movilización nacional decretada por Peña Gómez?
—JB: El PLD actuará bajo su propia dirección y por tal motivo no seguirá decretos de nadie.
—VG: ¿Qué opinión le merecen los avances de la Asamblea de Delegados de los partidos de oposición?
—JB: La Asamblea de Delegados de los partidos oposicionistas va trabajando muy bien, pero en nuestro país hay muy poco desarrollo político, lo que se explica por la falta de experiencia del pueblo en lo que se refiere a la actividad política; y por eso un número grandísimo de dominicanos (yo diría que la mayoría) no llega a darse cuenta de que un acuerdo entre partidos tan diferentes como son los que toman parte en la Asamblea de Delegados no se consigue sin luchas. Por otra parte, todo cuesta lucha en la vida, y por eso la lucha permanente es una de las leyes de la existencia. Cada vez que el presidente de algunos de los partidos de la oposición dice unas palabras dudosas sobre los trabajos unitarios, el Pueblo se asusta y cree que la unidad está a punto de fracasar. Y resulta que no es verdad; al contrario, la unidad ha avanzado mucho, muchísimo. ¿Quién le hubiera dicho a un dominicano hace seis meses, que los representantes de partidos de derecha, de centro y de izquierda, iban a sentarse juntos a discutir un programa de gobierno? Ese es uno de los acontecimientos más notables en la historia política de este país; es un hecho de tanta importancia que difícilmente pueden apreciarla los mismos que están actuando en ese episodio. Para mí, se trata de un salto político trascendental.
—VG: ¿Con qué tipo de plataforma política se definirá el PLD?
—JB: En realidad esa pregunta fue contestada al contestar la segunda que me hizo Ud.
—VG: Casimiro Castro y algunos comentaristas que han sido ubicados en la derecha han afirmado que Ud. se ha lanzado en brazos de la “ultraizquierda”. ¿Se declarará marxista-leninista el PLD?
—JB: El pobre Casimiro Castro no sabe qué significa eso de ultraizquierda, y es posible que tampoco lo sepan los comentaristas de derecha a que alude Ud. Sin duda se trata de los pericos radiofónicos y televisivos que se alimentan con maíz reformista. En fin de cuentas, Casimiro y ellos tienen la misma formación ideológica, que es la deformación. En cuanto a si el PLD se declarará marxista-leninista, debo decir que no lo sé y que además no me preocupa eso. Y dejo este punto sin aclarar expresamente, para ver qué lío van a armar los pericos radiofónicos y televisivos.
—VG: ¿Habrá variaciones en la línea a seguir por parte del PLD en los frentes estudiantil, obrero y profesional con relación a la línea que seguirá el PRD?
—JB: La respuesta a esa pregunta está dada en la que le di al principio.
—VG: ¿Cuáles son los vacíos teóricos y de formación que puedan haber provocado los errores que se le atribuyen al Dr. Peña Gómez?
—JB: Desgraciadamente, muchos. Por ejemplo, en una de las charlas de radio que dio en el mes de octubre terminó diciendo que si es verdad que en el PRD había lucha de clases, que entonces se explicaba que él luchara contra el Dr. Rafael Alburquerque. Cito de memoria, como es natural, pero estoy seguro de que ése era el sentido de sus palabras. Y esas palabras indican que Peña Gómez no tiene la menor idea de qué significa clase en el sentido político y sociológico. Por lo visto, él cree que la clase está determinada por el origen social de una persona y seguramente también, en el caso de nuestro país y de otros países parecidos al nuestro, está determinado por el color de la piel. Y no es así. La clase de una persona está determinada por el lugar que ocupa ella en las relaciones de producción, y resulta que el Dr. Alburquerque y el Dr. Peña Gómez ocupan el mismo lugar en las relaciones de producción de nuestro país: los dos son pequeños burgueses de la capa mediana. Y es posible que en ese nivel, el Dr. Peña Gómez se halle algo por encima del Dr. Alburquerque. El Dr. Peña Gómez no tiene la menor idea de lo que es el proceso dialéctico. Un ejemplo de eso es lo que dijo sobre el PRD cuando afirmó que él votó contra la expulsión de Ángel Miolán, o se abstuvo de votar, que el detalle del caso no lo tengo en la memoria, porque no quería que el PRD se convirtiera en una máquina trituradora de hombres; y esas palabras sí las recuerdo bien. Peña Gómez no se da cuenta de que todo lo que vive está en proceso de muerte permanente, él mismo, que es tan joven, muere por partes cada minuto, cada segundo mueren en su cuerpo quién sabe cuántos cientos de miles o millones de células, y así mueren en el mundo cada día quizá millones de seres humanos, de animales de todas las especies, de vida vegetal y unicelular. Pues bien, un partido político es como una sociedad humana; de él salen todos los días gentes, y en él entran gentes nuevas, unos lo abandonan y otros quedan abandonados por el partido, y no reconocer esto es producto del retraso político. En lo que a mí concierne, hice todo lo que estuvo a mi alcance para que el Dr. Peña Gómez estudiara ciencia política, pero no en una universidad, para alcanzar un título, si no él mismo, directamente; y no logré nada, entre otras cosas porque el Dr. Peña Gómez se considera a sí mismo como un ser perfecto, “un astro con luz propia”, un joven héroe, “un hombre de acción”, que no tiene nada que aprender de nadie. Por ejemplo, él habla del PRD como si éste le debiera a él todo lo que es, pero se olvida de que es él quien le debe al PRD todo lo que es. Y cuando se tiene ese narcisismo galopante es muy difícil someterse al estudio o a cualquiera disciplina llamada a redondear la personalidad. El Dr. Peña Gómez tiene buenas condiciones, pero la adoración que se tiene a sí mismo las malogra, y es de lamentar que así sea pues en este país se necesitan políticos desarrollados.
—VG: ¿Qué opinión le merecen los reingresos al PRD por parte de personas que habrían tenido problemas con la línea definida por Ud.? ¿Cómo catalogaría el nuevo Comité Ejecutivo Central del PRD?
—JB: En cierto sentido ha sido así y sin embargo no ha sido así. Por ejemplo, les hemos dicho a algunas personas que nos manifestaron sus deseos de pasar del PRD al PLD que era preferible que se quedaran en el PRD porque el PLD no iba a poder ofrecerles lo que buscaban, y no hemos hecho campaña de afiliaciones y ni siquiera hemos hecho publicidad partidista. Lo que nosotros queremos organizar es un partido muy diferente al PRD en el orden de la calidad política y deseamos que los que entren a luchar a nuestro lado sepan cabalmente qué espera el partido de ellos y no piensen en ningún momento lo contrario, esto es, qué les va a dar el Partido. El que llegue al PLD buscando ventajas tendrá muchas desilusiones, el que venga dispuesto a luchar por la liberación nacional tendrá muchas satisfacciones, pero a la vez deberá sacrificar muchas cosas para el provecho del país.
—VG: Se afirma que la dirigencia del PLD ha detenido el río de renuncias al PRD con la finalidad de que los ingresos al PLD estén bien depurados. ¿Es cierto ello?
—JB: Vamos a celebrar inmediatamente el acto de constitución del Partido. Esperamos que sea a mediados de este mes de diciembre, de manera que el nuevo año será para nosotros el primero de nuestra existencia.
Santo Domingo, 1º de diciembre 1973.
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