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Juan Vicini aboga por fortalecer proyectos con Haití

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SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El empresario Juan Bautista Vicini Lluberes aboga por un desarrollo próspero en la frontera que permita fortalecer el comercio con Haití y sentar las bases para lograr un futuro prometedor y una mejor calidad de vida en favor de las nuevas generaciones de ambas naciones.

Vicini Lluberes forma parte de un proyecto concebido por un grupo de empresarios dominicanos y haitianos, el cual divide la frontera en cuatro secciones: Dajabón, Juana Méndez y Pepillo Salcedo con Fort Liberté del otro lado de la frontera. La segunda es Elías Piña, Comendador y Belladere del lado haitiano.  Jimaní- Palpasse constituyen la tercera. Y finalmente, la cuarta estaría compuesta por Pedernales y Anse a Pitre.

El empresario ofreció detalles de este proyecto, que tiene su contraparte en contactos con jóvenes empresarios haitianos, durante una entrevista que le hizo David Collado en el cierre de la Segunda Feria de Emprendedores. La entrevista será difundida este sábado, a las 8:00 de la anoche en el programa Emprendedores, por Color Visión.

A continuación, una transcripción íntegra y libre de la entrevista con preguntas y respuestas.

¿De qué manera se podría invertir y emprender nuevos negocios en la frontera?

Primero hay una población menor en el lado dominicano, que en el haitiano, quien sabe tres o cuatro veces mayor de aquel lado. Hay mucha gente, hay mucha pobreza, pero hay una línea fronteriza que divide a dos países, las dos economías, dos monedas diferentes y un intercambio comercial de aproximadamente unos mil a mil quinientos millones de dólares al año, siendo el segundo socio comercial más importante de la República Dominicana. Y eso es precisamente sin nada ahí. Mi tesis es que imagínense lo que sería si existiera la infraestructura, si se le diera la atención a esa zona, una atención que justifique lo que realmente es, un punto de intercambio importantísimo para el país y nuestra única frontera terrestre, por lo cual el costo de exportación allá es mucho menor que en cualquier otra parte del mundo.

Además, existen puntos como Juana Méndez y Dajabón, que son ciudades que han desarrollo un comercio persona a persona desde que se fundaron y donde hay crédito entre comprador y vendedor, donde generaciones de familias venden y compran productos y eso ha sido igualmente sin la atención o con muy baja atención de los dos países.

Yo entiendo que la situación demográfica de ambos países, siendo de población muy joven; la mitad de la población de ambos países está por debajo de los 25 años. Eso quiere decir que en los próximos 25 años, la mitad de la población entra a la fuerza laboral, aproximadamente 4.5 millones en cada país. Eso requiere de un esfuerzo enorme para abrir plazas de trabajo y yo creo que donde se pueden abrir más es en los puntos donde precisamente más de justifica y donde menos trabajo existe.

Yo creo que es posible porque el hecho del crecimiento que se puede lograr ahí y las tasas de crecimiento económico son muy mayores a las que podemos esperar en cualquier otra parte del país si le ponemos la infraestructura, el esfuerzo, el empeño.

Y desde el punto de vista emprendedor, la palabra frontera, nada más, debería de ser una motivación en todos los grandes emprendimientos, desarrollo industrial; las grandes aventuras empresariales han sido en fronteras económicas, o sea el Este de Estados Unidos. Todo ha sido en sitios donde cualquiera que aporte, aporta mucho.

¿No deberían los gobiernos de los dos países ponerse de acuerdo en cuanto al desarrollo fronterizo, crear las condiciones para de inversión y el sector privado, esperar que esto suceda para involucrarse en el desarrollo de la frontera?

Podríamos esperar los 20, 30 años que pasarían antes de que la crisis de ambos países en la frontera requiera, por obligación, que los países la atiendan; las prioridades que tienen ambos gobiernos, más el de Haití que el de aquí, son inmediatas y dentro de los diferentes capítulos de inversión y de gastos que pueden tener ambos presupuestos, la coinversión fronteriza no solamente está más allá de lo prioritario para ellos, pero también los retos jurídicos, de inversión, toda la elaboración que precede, que asusta a cualquiera.

A mí, es precisamente, los diferentes componentes de la crisis que tienen ambos países, hacen de este momento el ideal para una cantidad de inversiones, que lograrían que tanto los dominicanos buscando nuevas oportunidades, como los haitianos  vayan a la frontera, donde se encontrarían grandes oportunidades, si se hacen una cantidad de inversiones públicas, donde en general el Estado tendría que aportar muy poco, no mucho más que simplemente los contratos, licencias y lo haría, en otra idea, tomando participación en los fondos de inversión público-privados. Mientras que el sector privado entonces de ambos países, e internacionales,  así como las organizaciones interesadas en el desarrollo fronterizo, harían sus aportes.

¿Cómo y dónde en la frontera se debe invertir para crear el desarrollo del cual usted habla?

Nosotros no estamos pretendiendo hacer las inversiones que generarán la totalidad de las soluciones, sino simplemente aquellas que detonarán, que crearán las bases macroeconómicas para que el mercado de ambos países desarrolle la zona.

Nos hemos concentrado en cuatro puntos fronterizos que son los más importantes, porque es por donde actualmente se mueve la mayoría del comercio y donde hay el mayor flujo de personas. Es importante decir que la gran mayoría de las personas que inmigran a República Dominicana desde Haití, emigran el mismo día.

En los días de mercado, estamos hablando de Juana Méndez y Dajabón, entran unas 100 mil personas a la ciudad de Dajabón y salen. Los cuatro puntos son precisamente el área entre Juana Méndez, Dajabón, Pepillo Salcedo y Manzanillo. La otra zona sería el área del valle del Artibonito, que es la cuenca hidrográfica más importante del país. Esas serían inversiones fundamentalmente en las áreas agrícolas y agroindustrial, aprovechando la inundación de esa cuenca hidrográfica para darle a Haití una mayor capacidad de irrigación en la presa del Artibonito y aprovechando esa inundación, de forma sistemática y con varios niveles de compuertas, para hacer que los cinco ríos que conforman esa parte, sean una infraestructura de transporte de productos agrícolas a las zonas de elaboración agroindustrial.

Después está la zona de Jimaní-Malpasse, que es por donde es que pasa la mayoría del comercio por camiones de República Dominicana. Ahí se presentan unas coyunturas especiales que harían del lago Enriquillo y del lago Sumatra, el almacén más grande de energía eléctrica de su clase en toda la región.

A diferencia del resto de la frontera, en Pedernales se nos ocurre llevar al sector turístico dominicano, así como al sector turístico de la costa sur de Haití, que se está desarrollando ahora y con el aeropuerto de Punta Cana y el aeropuerto que se desarrollará allá, llevar a ese punto fronterizo a turistas que vendrían a aquél y que vienen hoy a Punta Cana a una experiencia más venturosa, porque ahí en Pedernales, lo que queremos, básicamente,  es llevar la gente para poco a poco ir construyendo la infraestructura que conecte a Pedernales con el área del lago Enriquillo, y con otras infraestructuras de transporte de la costa norte con la costa sur por la frontera, porque eso permitiría el control migratorio, de seguridad y fitosanitario, porque el comercio que se generaría en esos cuatro puntos lo justificaría.

¿Cuándo se van a iniciar estas Inversiones y en qué tiempo se comenzarán a ver los resultados?

Ya esta inversión comenzó. Tanto Fernando Capellán como yo y otros empresarios en Haití han comenzado a aportar en los estudios técnicos que presentaríamos a la comisión de inversión que forma parte de la comisión mixta bilateral de alto nivel, en el mes de enero del año que viene. Presentaríamos la estructura de fondo  público-privada de inversión privada de cada país. Ahí lo que vamos a presentar es una estructura de inversión abierta.

En la parte privada dominicana hay sectores de inversión, que quiere decir todo el mundo. En la parte haitiana, igual y entonces un fondo binacional para reunir fondos de inversión internacional.

¿Cuál ha sido hasta ahora la respuesta de la contraparte privada haitiana? ¿Está de acuerdo con esta propuesta que tiene el sector empresarial dominicano?

En mi última visita a Haití, cuando llegué me estaban esperando en el salón de conferencias del hotel El Rancho, 15 empresarios jóvenes que un foro de empresarios de ellos los convocó. Yo creo que los habían preparado para oponerse un poco al proyecto, no porque se quieren oponer, sino porque quieren supeditar a la aprobación de los proyectos de inversión, a que se resuelva una cantidad de iniciativas comerciales que ellos tienen.

Lo que resultó fue lo contrario; la juventud empresarial haitiana se motivó tanto con la presentación que hicimos, que todos los técnicos de las empresas que estaban ahí expresaron su voluntad de apoyarnos en el desarrollo de los estudios de factibilidad y estudios técnicos. Representantes de grupos que estaban ahí dijeron que todo eso estaba muy bien, pero que había que resolver los problemas comerciales primero, aunque nuestra postura es que una cosa no quita la otra y que la inversión fronteriza, precisamente lo que va a hacer es formalizar las preocupaciones de ellos.

Ellos no se están oponiendo a los proyectos de inversión, pero su queja comercial es que no existe una reciprocidad en el comercio dominicano que exporta mucho y ellos importan mucho pero no exportan nada hacia acá y que hay trabas no arancelarias.

Ya la semana pasada, en el foro que preparó el ministro de Industria y Comercio de la República Dominicana con su homólogo haitiano aquí en Santo Domingo, todos esos temas se vinieron desarrollando y yo creo que en general se ha desarrollado una dinámica entre el sector empresarial que ha asistido a esto, especialmente el haitiano, donde e ha generado una sinergia y una intención real de buscar una solución a esos problemas comerciales. Pero más aún, principalmente liderados por quien se ha tomado la iniciativa de ser mi contraparte en Haití en este tipo de inversión y ya estamos comprometidos como se dice.

Yo voy a hacer ahora una serie de visitas al Centro Bonó, a las academias y a las universidades para hacerle una presentación de los proyectos en específico, porque desde el punto de vista de emprendedores, estamos en una fase donde se puede participar en estos proyectos hasta en la parte del desarrollo técnico y ser un inversionista temprano, o sea al inicio donde se reúne la mayoría del valor, incluso con poca inversión, incluso con tiempo y aporte de soluciones técnicas y de estudios y análisis técnicos.

¿Esta es una idea de Juan Vicini o realmente hay un grupo de empresarial, y cuál es la intención o la voluntad del Gobierno dominicano en esta propuesta?

Esta es una iniciativa que está corriendo. Esto es importante, la velocidad que ha cogido es lo que ha impresionado a la parte haitiana y yo creo que ellos también han impresionado un poco a los empresarios dominicanos, porque nadie esperaba conseguir el apoyo de la Unión Europea, las Naciones Unidas, el gobierno norteamericano, que se están comprometiendo a aportar una buena parte de los valores que se van a invertir en los estudios técnicos, porque la verdad es que han visto que son una solución integral pragmáticas, que integran a toda la comunidad fronteriza y que son proyectos de desarrollo auto-sostenibles y a la luz de las nuevas tecnologías y preservación del medio ambiente.

¿Por qué Juan Vicini está dedicando tanto tiempo al tema haitiano, teniendo tantas responsabilidades: presidente del Banco del Progreso, presidente del Listín Diario y socio de Vicini?

Eso mismo dirían los consejos de directores de todas esas empresas, así como mi esposa que está aquí.  La realidad es que yo creo, sinceramente, que si esto no arranca, le estaría dejando irresponsablemente a las futuras generaciones un problema inmanejable en 20 ó 25 años, porque tanto con la cantidad de oportunidades que tenemos que desarrollar para los jóvenes dominicanos, y a eso agregamos el déficit de oportunidad gigantesco que hay en Haití, se volcaría la presión migratoria y tendríamos una situación donde las típicas personas que no asumen responsabilidad por sus acciones estarían apuntando a que todos los problemas de la República Dominicana se deben a la inmigración haitiana o a los políticos, los empresarios. Sería una situación que se calentaría muy rápido, porque estamos hablando de unos volúmenes de personas y de necesidades enormes. Entonces yo creo que si la frontera no se desarrolla, yo debería comenzar a empacar desde ahora, y ese no es mi carácter ni mi forma, ni es mi educación. Entonces, yo prefiero pasarme los próximos 15 años luchando por desarrollar la frontera y dedicar todo mi esfuerzo y todo el dinero que controle para eso, porque creo que sería el mayor aporte que yo hago a la economía, a mi propio bolsillo también, porque esto es una iniciativa comercial y a las futuras generaciones de la República Dominicana.

¿Qué significado tiene para ti la familia?

Esa pregunta sería mejor que ella (su esposa) la conteste. La realidad es que todo lo que yo hago, aunque hasta mi ausencia en la casa, la hago porque definitivamente creo que la familia es el núcleo que sostiene a la sociedad y es la primera constitución, el compromiso que libremente hacen las personas cuando se unen por el amor y por formar una familia, es la primera asociación en que el humano compromete su propia libertad en beneficio en ese caso del derecho a la vida, que más que un derecho, un deber a la vida el que se asume.

Yo creo que es lo que motiva todas mis acciones, aunque a veces no lo parezca,  porque a mi realmente me preocupa la integridad de la familia mía y de todos los dominicanos si aquí no se hacen las cosas como se deben hacer.

¿Te preocupa lo que piensa la gente de la familia Vicini o no?

Yo creo que la gente que conoce la familia Vicini nos conoce bien y sabe que somos gente de trabajo, comprometida y que siempre hemos podido andar libremente por el hecho, por el privilegio que tenemos, que nos permite la República Dominicana. Siempre hemos estado comprometidos con el desarrollo y en los momentos difíciles siempre hemos estado presentes  y nuestro dinero, nuestro enriquecimiento se mantiene en las empresas y creando oportunidades.

Yo no sé realmente como piensa la gente, porque uno lo que ve  es todo tipo de cosas. La gente tiene libertad de decir lo que quiera, pero a mí me preocupa más la gente que está trabajando cada día por la educación de sus hijos y por crear mejores oportunidades, que están en sus casas, no están dando entrevistas y están callados y son la razón por la cual se sostienen las economías de los países y yo creo que esa gente no tendrá una mala idea de nosotros.

Y la razón por la cual hemos tomado una posición más pública es porque las circunstancias lo requieren. Yo quisiera estar tranquilamente en Azua en una playa, con todos los problemas que me preocupa solucionar, pero eso lo dejaremos para cuando ocurra.

¿Cuál es el mensaje suyo para la juventud dominicana y para todos los emprendedores?

A veces es difícil, parecería que tanto esfuerzo y tanta lucha por un negocio no vale la pena, incluso más,  cuando eso sufre dificultades y todo el trabajo se ve perder en un momento. Eso es lo que hace a un emprendedor y lo más fuertes, lo más exitoso son precisamente aquellos que cuando caen deciden, bueno, la próxima vez no comete ese error y no lo cometen.

Entonces, yo le diría a los emprendedores que no se desmotiven, que aprendan de sus faltas y de lo que el mercado les proporcionó. Al final, la satisfacción, más que el mismo dinero, aunque es necesario, fundamental yo diría en los negocios. Pero la recompensa al final es sentirse que cada día, como dice un amigo, emprendedor. Uno se mira en el espejo y dice hoy lo voy a hacer mejor que el día anterior y si uno toma eso como una disciplina sistemática, los negocios resultan porque las ideas y el esfuerzo y el trabajo siempre traen el beneficio cuando se mira con exactitud.

Hace 11 años, me querían hacer un reconocimiento y yo dije que no necesitaba ni quería reconocimientos en ese momento, porque yo lo que había tenido es la responsabilidad de recoger el lío (en el banco del Progreso), la basura que había dejado otra persona anterior y que eso, más que reconocérmelo los jóvenes empresarios, lo que deberían es estar, excúsenme la palabra, encojonados  de que tuviera que ocuparse una persona como yo, que podía crear tanta oportunidad, que podría dedicarse a cosas que podrían desarrollar el país, que tuviera una situación donde su capacidad y su dinero no estarían generando el mayor crecimiento.

Once años más tarde, lo que pudieran hacer para reconocerme es tirar para adelante  porque fundamentalmente eso es Vicini, un inversionista. La mayoría de nuestras inversiones están afuera de compañías donde nosotros no somos el operador. Estamos siempre identificando a buenos trabajadores y a buenos emprendedores, que estén dispuestos a echar el pleito. En ocasiones hemos medido mejor a la gente, no por como produce dinero, sino como lo pierde, porque ahí es que se demuestra la responsabilidad.

Han pasado once años y yo sentí que era obligatorio hacerlo (rescatar el Banco del Progreso), porque había que liberar a la República Dominicana de la incertidumbre que se iba a presentar en ese momento; nadie sabía si eso iba a ser sistémico. El punto es que eso no se sabía y había que quitarlo de ahí del medio. Ahora estoy planteando aquí que quiero invertir en la frontera y donde si hubo una liberación de problemas, si hubo un esparcimiento de nubes, puede ser que lo hubo, pero en los últimos once años yo he visto también que en lo que me hubiera gustado que creciera el país y que se hubiera crecido y diversificado la economía, no ha ocurrido. Lo que he visto son muchas personas con ganas de que la gente no se desarrolle, muchas personas que se quejan de todo, que cuando hay una iniciativa la critican. Está bien que la critiquen, pero que la bloqueen es otra cosa.

Las economías, como la de nosotros, tienen una gran cantidad de cargas. Pocas personas en el sector productivo para la cantidad de niños, de ancianos, gente sin trabajo. Entonces, es una carga fuerte, adicional. Si a eso se le agrega que el que no quiere trabajar, además no quiere que el otro trabaje, entonces tenemos problemas. Yo te diría que frente a los próximos 15 años de trabajo que me tocan, porque me gustaría retirarme siendo joven, y mi mujer no me reproche que nunca estoy en la casa. Frente a los próximos 15 años, yo te diría que veo mi actitud un poco diferente.

A mí me gustaría que si no están dispuestos a aportar, entonces que se quieten del medio y que dejen a uno trabajar, porque se van a arrepentir de la República Dominicana que resultaría y van a estar pidiendo, quizás deberíamos haber apoyado que las cosas que hicieran en el pasado.

Si nosotros dejamos que el país no se prepare para proveer soluciones a la demanda de 4.5 millones de jóvenes en la República Dominicana menores de 25 años, y también hay que prepararse para proveer soluciones para 4.1 jóvenes haitianos en la frontera, porque aunque las cosas se están haciendo en Haití, nosotros no podemos asumir el riesgo de dejar la tarea simplemente a su suerte. Porque nos corresponde a nosotros también eso, porque tendremos  como yo digo ahora, tenemos que apuntar a un país del primer mundo en el 2030 para poder llenar a ser no tan desarrollado, pero a los niveles soportables y donde se reduzca la miseria a cero.

¿Cómo te gustaría que tus hijos te recuerden o que legado te gustaría dejarle  a tu familia, tomando en cuenta que ustedes vienen de una familia de larga tradición de más de cien años, pero a ti en lo personal, a Juan Vicini, qué legado le gustaría dejarle a sus hijos?

Definitivamente, yo quisiera que ellos aprendan en mi un ejemplo, de que los países, las naciones, las sociedades  se conforman de personas que tienen derechos, pero también tienen deberes y responsabilidades y cuando uno está en una situación de privilegio y de y de poder, no lo tiene nada más por lo que uno hace, sino por lo que los otros le permiten. Y ahí yo creo que mi grupo en mi familia, se ha ganado estar en esa posición a través de generaciones de trabajo y de dedicación y de no huirle a los problemas.

Me gustaría que mis hijos aprendan de mí que hicimos todo lo que pudimos y dejamos algo mejor de lo que recibimos .

 

 

 

 

 

 

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