REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El juez estadounidense Thomas Hixson, que lleva el proceso de extradición del expresidente peruano Alejandro Toledo (2001-2006), amenazó este jueves con adelantar el juicio y negar así el tiempo adicional que ha pedido su defensa si siguen las infracciones y mentiras por parte del exmandatario.
En una audiencia virtual, Hixson recriminó a Toledo que se haya saltado por tercera vez las condiciones de su arresto domiciliario en EE.UU. y lo que, a su juicio, todavía es más grave: que haya vuelto a mentir a las autoridades, lo que genera desconfianza y resulta «muy preocupante» para el magistrado.
El juez amenazó directamente a Toledo, presente en la videoconferencia, y a su abogado, Graham Archer, con acelerar el proceso judicial si el exmandatario no modifica su actitud, puesto que se está empezando a cuestionar la confianza que en él depositó cuando lo autorizó a salir de prisión y permanecer en arresto domiciliario el año pasado.
«Si lo vuelve a hacer, aceleraré el proceso, porque cuando miente a los agentes hace que me plantee si realmente está dispuesto a cumplir con las condiciones y menoscaba mi confianza», dijo el magistrado.
El juicio de extradición de Toledo, a quien en su país se le acusa de corrupción por supuestamente aceptar sobornos durante los años en que fue presidente, ha sido pospuesto varias veces siempre a petición de su defensa, que pide más tiempo para revisar y traducir los documentos enviados por Perú.
Actualmente está fijado su inicio para el 23 de septiembre.
Toledo fue detenido en California, donde ha residido durante los últimos años, en julio de 2019, y estuvo ocho meses en prisión al apreciar el juez riesgo de fuga, aunque finalmente pudo salir de la cárcel y pasar a una situación de arresto domiciliario en marzo de 2020 con el estallido de la pandemia de covid-19.
Hixson también ofreció este jueves detalles sobre la última violación del arresto domiciliario de Toledo, quien abandonó su casa junto a su esposa, Eliane Karp, poco antes de la hora límite que tiene asignada para regresar al hogar, y fue a cenar a un restaurante del Centro Comercial Stanford (California, EE.UU.).
El exmandatario volvió a su domicilio una hora más tarde de lo que tiene permitido y, al ser preguntado por los agentes del Servicio Prejudicial de EE.UU., el cuerpo encargado de velar por el cumplimiento de las condiciones del arresto domiciliario, les dijo que se había visto involucrado en un accidente de tráfico.
«Fue una mentira sin sentido, puesto que él sabe que lleva un dispositivo de seguimiento por GPS y que los agentes iban a averiguar que no se produjo ningún accidente de tráfico, sino que fue al centro comercial», dijo Hixson al respecto.
El juez, que ya tuvo que regañar al expresidente hace unos meses por otras dos violaciones del arresto domiciliario y las posteriores falsedades para tratar de encubrirlas, dio la razón a la fiscal Elise LaPunzina, quien en representación del Gobierno de EE.UU. en este caso acusó a Toledo de tener un «historial de mentiras».
«No son malentendidos. Sabe perfectamente qué es lo que no debe hacer», aseguró LaPunzina, que añadió que el Gobierno estadounidense teme que el exgobernante aproveche el arresto domiciliario para huir del país.
Al exmandatario se le investiga por presuntamente haber recibido hasta 35 millones de dólares de la constructora Odebrecht a cambio de favorecer a la empresa brasileña en sus negocios en Perú, cuando aún era presidente.
Según las investigaciones de la Fiscalía peruana, Toledo recibió sobornos millonarios de Odebrecht mediante el empresario peruano-israelí Josef Maiman, quien supuestamente luego ingresó ese dinero a cuentas en Costa Rica, entre ellas de la empresa Ecoteva, fundada por la suegra del exmandatario.
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