SAN FRANCISCO.- Tras medio siglo en Oakland (EE.UU.) y ahora ya en su nuevo hogar de San Francisco, los Golden State Warriors han vuelto a enamorar a sus fans a los dos lados de la Bahía con su regreso a las Finales tras un par de años marcados por las lesiones y por no haber jugado los playoffs.
Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green empezaron el jueves sus sextas Finales en ocho años (tres anillos en ese tramo) con una derrota ante los Boston Celtics (108-120).
Pero este partido también trajo una novedad para los Warriors: estas son sus primeras Finales en el Chase Center de San Francisco desde que dijeron adiós al Oracle Arena de Oakland.
Justo en la orilla de la Bahía y a solo 15 minutos andando del Oracle Park de los San Francisco Giants de la MLB, el Chase Center vivió un ambiente fantástico desde mucho antes del encuentro con cientos de fans esperando en fila a que abrieran las puertas del estadio cuando aún faltaban casi dos horas para el salto inicial.
Con bandas de música para animar la previa y abundantes cervezas en los bares de los alrededores, los seguidores de los Warriors se conjuraban para su duelo ante nada menos que los Boston Celtics, el equipo que, junto a Los Angeles Lakers, tiene más anillos de la NBA (17).
En la antesala del encuentro, una de las grandes atracciones para el público fue ver en persona a Earvin ‘Magic’ Johnson, que participaba como tertuliano en un programa de ESPN en la plaza que da acceso al Chase Center.
Entre esos seguidores que llegaron con mucho tiempo al recinto figuraba el canadiense Jason, que se tomaba fotos junto al pequeño Austin en un mural con las imágenes de Stephen Curry y Andrew Wiggins.
«Mira, los Warriors se merecen estar en las Finales. Han recuperado a sus titulares y están listos para anotar, Draymond Green es el tipo más duro de la liga… Pero Boston va a ser difícil de derrotar», explicó en declaraciones a Efe.
Jason comentó que lo que hace especial a estos Warriors es la abrumadora capacidad ofensiva de artilleros como Stephen Curry, Klay Thompson o Jordan Poole, sin olvidar las aportaciones del banquillo.
«Todos dan miedo, todos son amenazas. Es un equipo muy profundo», dijo antes de señalar que él estaba «seguro» de que Golden State «volvería» a las Finales.
REGRESAR A LO MÁS ALTO
No todo el mundo tenía tan claro que volverían a lo más alto.
2019 terminó con una enorme decepción ya que los Warriors no solo cayeron ante los Toronto Raptors sino que además perdieron por dos lesiones muy graves a Kevin Durant y Klay Thompson.
Además, Curry también se lesionó nada más empezar la temporada de 2020 así que entre la baja del base, la salida de Durant y los problemas físicos encadenados de Thompson (tardó casi 950 días en volver a las canchas) parecía que los Warriors habían dejado atrás su dinastía.
La disposición en el Chase Center de los estandartes de los seis títulos conseguidos por la franquicia refleja la magnitud de lo conseguido por Curry y compañía.
Por un lado aparecen colgados los estandartes de los dos anillos de cuando aún eran los Philadelphia Warriors (1947 y 1956) y junto a ellos está el sorprendente de 1975 con el equipo que lideraba Rick Barry.
Frente a esos campeonatos esporádicos y sin un hilo conductor claro, a unos metros de ahí están los estandartes de los tres títulos en cuatro años que obtuvo el equipo dirigido por Steve Kerr.
Ese aroma de equipo ganador creado en esta última década se percibía el jueves en el Chase Center, que costó 1.400 millones de dólares, que se inauguró en 2019 y que tiene capacidad para 18.000 espectadores.
El cambio de Oakland (tradicionalmente, la parte obrera de la Bahía) a San Francisco (más rica, consagrada a Silicon Valley y sin apenas rastros de la contracultura de los 60) podía haber afectado al respaldo y la pasión de la afición de los Warriors.
Pero el Chase Center aprieta y mete ruido cuando su equipo lo necesita, tal y como se vio tanto el jueves ante los Celtics como a lo largo de unos playoffs en los que los Warriors no habían perdido ni un partido como locales.
Justamente los primeros en llevarse la victoria de San Francisco en estas eliminatorias fueron los Celtics, pero no parece que eso acabe con la fe de los fans locales: se ha perdido el primer partido, pero la Bahía no va a dejar de vibrar por estos resucitados Warriors.
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