Santa Cruz de Tenerife (España).- La ciencia no puede responder con certezas a preguntas como cuánto durará la erupción del nuevo volcán de La Palma, ni si se abrirán o no más bocas eruptivas, ha reconocido a Efe el vulcanólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) Vicente Soler.
Esas preguntas, que pueden hacerse los ciudadanos o los medios de comunicación, tienen muy difícil respuesta, ya que el proceso eruptivo se debe a un fenómeno natural que se produce en el interior de la Tierra y al que no se tiene acceso, ha recordado Soler.
Ha comentado que, si a ese tipo de cuestiones se responde «no lo sé», el juicio social será preguntar «entonces qué hace ese tío ahí», pero es preciso entender que el interior de la Tierra es más inaccesible que el espacio y que el conocimiento se tiene de forma indirecta.
«Nadie ha podido tener un acercamiento» al interior de la Tierra y, por ello, no es de extrañar que el conocimiento real sea escaso, en el sentido de que no hay observables físicos que se puedan medir directamente, ha señalado Vicente Soler.
Así, ha explicado, cuando se dice que el magma se acerca a la superficie es porque eso es lo que indican algunos parámetros, pero nadie ha visto su recorrido en las profundidades del planeta.
En el caso del nuevo volcán de la isla española de La Palma, cuya erupción se inició el domingo pasado en el municipio de El Paso, el proceso está en «velocidad de crucero» y, en palabras de Vicente Soler, casi hay que «cruzar los dedos para que siga así».
En el estado actual de cosas en la erupción de La Palma hay parámetros observables geofísicos y geoquímicos que permiten tener una idea «aproximada» del estado del sistema y, así, se sabe que está en un estado de gran tensión, pero el hecho de que no crezca es un dato que hace pensar que el proceso continúa.
Pero de ahí a aseverar que durará 25 días o que no sufrirá un parón o se abrirá un nuevo centro eruptivo es algo que la ciencia no está en condiciones de responder «hoy por hoy», ha reiterado este vulcanólogo del Centro Superior de Investigaciones Científicas de España.
Ha insistido Vicente Soler en que el interior de la Tierra «no es posible tocarlo de forma directa».