I.- El ser humano consecuente
1.- Ser coherente desde el punto de vista ideológico, es honrar las ideas y principios que sirven de fundamento a la doctrina que ha hecho suya. Es la guía de su pensamiento y actuaciones.
2.- La persona que decide identificarse con tal o cual forma de pensar, debe serle fiel, consecuente creyente, sin tomar en cuenta las circunstancias adversas o favorables.
4.- El traje de las órdenes religiosas, el hábito no hace al monje. El fraile, el padre, lo es por sus ideas, las creencias que tiene, el apego sincero a la prédica de Jesucristo, al cristianismo.
3.- Una mujer o un hombre haber nacido en la pobreza y llegar al convencimiento de lo conveniente del socialismo real para el bienestar de la humanidad, aunque luego cambie de pobre a clase media, el conocimiento claro y seguro de su ideario, le manda a ser coherente y tener respeto por sus ideas.
5.- Una ciudadana o un ciudadano socialista, llegar a ser médico, abogado, periodista u obrero, no le descalifica para someter a la crítica, al sistema capitalista y a sus lacras.
6.- En el quehacer político y social dominicano, son muchos los ubicados en el sector de la clase media o pequeña burguesía, que de por vida han creído en el socialismo como sistema social superior al capitalismo y convencidos de que la humanidad entera, por vías diferentes, llegará a vivir con el socialismo verdadero.
7.- Ser congruente con las ideas políticas y sociales, es portarse constante y obrar de acuerdo con ellas. Probar tener firmeza y fuerza moral para llevarlas a cabo con determinación y plena tenacidad.
8.- Demostrar identidad con los principios y honrarlos es actuar con sentido realista, no fingir tomando pose para aparentar lo que no es ni se siente.
9.- La mujer o el hombre que cree en las ideas renovadoras, está en el deber de demostrar correspondencia entre su prédica y práctica. La armonía de lo que dice y hace, prueba la concordancia de pensamientos y acciones.
II.- No basta con tener ideas progresistas, hay que difundirlas y defenderlas
11.- Algunos intelectuales de nuestro país, conocedores de lo injusto del sistema y de sus lacras, guardan silencio cómplice, en lugar de denunciarlo de manera voluntaria. Con su proceder se autocensuran.
10.- No basta con alojar en el cerebro las ideas progresistas, hay que difundirlas y defenderlas como las mejores, procurando convencer a los adversarios ideológicos de que están equivocados.
12.- Hace aporte al progreso de su país, y prueba coherencia, la persona de ideas renovadoras que con el fin de sensibilizar y crear conciencia expone claramente la penosa realidad de nuestro pueblo.
13.- No cae en el populismo vulgar, la ciudadana o el ciudadano que describe la situación de pobreza que padece la gran mayoría de la población del país, mientras una minoría disfruta a todo dar de gran riqueza.
14.- La mujer o el hombre de ideas progresistas, contribuye al progreso si con claridad meridiana le quita el velo de falsedad que cubre la sociedad dominicana y retrata penuria, indigencia, miseria y mendicidad, ante una irritante opulencia.
15.- No es cuestión de politiquería ni de izquierdismo trasnochado, hablar o escribir de que nos estamos moviendo con exagerada parejería, pero rodeados de pobreza y de muchos que viven arrastradamente.
16.- En el medio social dominicano, abundan los zurcidores de voluntades, trataconventos, correveidile y demás faltos de ánimo y valor que hacen de servidores despreciables. Ellos son los mismos alcahuetes sistémicos, que interpretando el sentir de su mandamás procuran criticar por encargo a quienes no tienen nada de miedosos.
17.- Todo aquel que voluntariamente, por convicción, hace causa común con los que en nuestro país son los más, el pueblo, para ser coherente, está comprometido con la denuncia permanente contra todo lo que constituye una traba para el desarrollo humano.
Ideas finales
18.- No hay que ser investigador social para saber que el ordenamiento económico que predomina aquí es el causante de pobreza, indigencia y cuantas necesidades padece la gran mayoría del pueblo dominicano.
19.- En nuestro país, no es una invención escribir sobre la presencia de sufrimiento, infelicidad, desgracia, desventura, drogas, violencia, delincuencia, criminalidad y otras taras del sistema.
20.- No es creación de izquierdistas, ni una maldición divina, sino tachas del sistema imperante, tener que ser testigo de ver a muertos de hambre, pordioseros, desventurados y marginados sociales. Estos no llegaron de otro mundo, surgieron y sufren aquí en su país.
21.- Basta con ser consistente de pensamiento; racional en el análisis; estar acorde en prédica y actuaciones, para hoy, al igual que ayer, decir que nuestro pueblo no debe continuar viviendo como hasta ahora, que debe cambiar para bien, y que sea pronto.
22.- El ser humano libre, es aquel que ejerce con independencia su autonomía para hacer o no hacer, conforme a su voluntad, y sin dañar a los demás. Me siento liberado de pensamiento.