Boston (EE.UU.).- Los casi 200,000 dominicanos que residen en Massachusetts (EE.UU.) están viviendo la intensidad de las finales de la NBA con el orgullo de que uno de los suyos, Alfred Joel Horford Reynoso, más conocido como Al Horford, es una pieza clave en el éxito de los Boston Celtics.
El pívot dominicano de 2.06 metros y 109 kilos de peso, nacido en Puerto Plata hace 38 años, es conocido, por su veteranía, como «El Padrino» («The Godfather», en inglés). Después de haber sido en cinco ocasiones All-Star y haber disputado 17 temporadas en la NBA, Al Horford, aspira a lograr por fin su primer anillo de campeón (2-0 para Boston por el momento contra los Dallas Mavericks).
«Ahora tiene por fin la oportunidad de ganarse un campeonato. A los Celtics les faltaba la dirección de Al Horford y los dominicanos estamos muy orgullosos de que esté demostrando que no solo somos buenos en béisbol”, dijo a EFE el forofo de los Celtics, Justin de la Cruz.
El primer dominicano en jugar un All-Star es hijo del exjugador de la NBA Tito Horford, que también jugó en equipos europeos, y la periodista Arelis Reynoso. Tito es conocido también por asistir al TD Garden con la camiseta de los Celtics en cada partido en casa para animar a su hijo y se ha convertido en un personaje característico del estadio.
Horford hijo jugó en su época universitaria para los Florida Gators y fue elegido tercero en el draft de 2007 por los Atlanta Hawks, con los que estuvo nueve temporadas. Luego firmó por los Celtics en 2016 por tres campañas y pasó por los Philadelphia Sixers y los Oklahoma City Thunder antes de volver a Boston en 2021, con quien perdió las finales de 2022. «Y nunca se le ha conocido un escándalo. Nunca ha dado problemas. Es todo un señor», defendió De la Cruz. «Es un orgullo para la comunidad dominicana en EE.UU., que lo vemos como símbolo de identidad», agregó.
Horford sumó este jueves 10 puntos, consiguió 7 rebotes, asistió 3 canastas y puso 2 tapones.
«A mi abuela no le gustan los deportes, pero no se pierde un partido de los Celtics porque juega Al Horford», añadió De la Cruz, subrayando el impacto del deportista en la comunidad quisqueyana de Boston. «Además, nadie esperaba que pudiera jugar como está jugando a su edad.
Nadie esperaba lo que está produciendo y que esté siendo decisivo. Porque Horford, a su edad, está jugando y no solo dando consejos», presumió el aficionado.
Horford es también un ejemplo para las humildes familias de inmigrantes dominicanos en Boston. «Mi madre era soltera y encontró el apoyo de la comunidad gracias al baloncesto», relató a EFE la maestra Sabrina Duverge, quien siente «gran orgullo» por Al Horford no solo porque es un gran deportista dominicano sino porque, además, «siempre ayuda a la comunidad, en Santo Domingo ayuda mucho».
La figura de Horford trasciende el baloncesto en los dominicanos porque, aunque haya personas que no entiendan cómo funciona este deporte, apoyan a su compatriota. «Mi mamá no entiende lo que es el baloncesto, pero saber que Horford es dominicano la hace seguir los partidos y apoyarlo al ciento por ciento», sentenció Duverge.