Redacción.- La mezcla entre humanos modernos y neandertales se produjo en múltiples oleadas durante los últimos 200.000 años, según un estudio de genetistas y expertos en inteligencia artificial que estima, además, que los neandertales tenían entre un 2,5 % y un 3,7 % de ascendencia humana moderna.
Los resultados, a partir de los genomas de 2.000 humanos vivos, tres neandertales y un denisovano, se publican en la revista Science. Liderados por Joshua Akey, de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), los investigadores constatan una historia de mezcla e intercambio genético que sugiere un vínculo «mucho más íntimo» de lo que se creía hasta ahora entre estos primeros grupos humanos.
«Ahora sabemos que durante la mayor parte de la historia de la humanidad ha habido contacto entre los humanos modernos y neandertales», resume Akey, cuyo equipo trazó el flujo genético entre los grupos de homínidos a lo largo del último cuarto de millón de años.
Según este genetista, los humanos modernos y neandertales interactuaron durante un período de 200.000 años.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores utilizaron una herramienta genética que diseñaron hace unos años llamada IBDmix, que emplea técnicas de aprendizaje automático para descodificar el genoma.
El equipo identificó una primera oleada de contacto hace unos 200-250.000 años, otra oleada hace 100-120.000 años y la mayor hace unos 50-60.000 años. Esto, según los autores, contrasta claramente con los datos genéticos anteriores.
Hasta la fecha, la mayoría de los datos sugieren que los humanos modernos evolucionaron en África hace 250.000 años, permanecieron allí durante los siguientes 200.000 años y luego decidieron dispersarse fuera de África hace 50.000 años para poblar el resto del mundo, explica Akey.
«Nuestros modelos muestran que no hubo un largo período de inmovilidad, sino que poco después de que surgieran los humanos modernos hemos estado migrando fuera de África y volviendo a África también», dijo. «Para mí, esta historia trata de la dispersión, de que los humanos modernos han estado moviéndose y encontrándose con neandertales y denisovanos mucho más de lo que habíamos reconocido hasta ahora».
Esa visión coincide con la investigación arqueológica y paleoantropológica que sugiere el intercambio cultural y de herramientas entre los grupos de homínidos.
Para este estudio, la idea clave fue buscar ADN humano moderno en los genomas de los neandertales, en lugar de al revés, explica un comunicado de Princeton.
Los científicos se dieron cuenta de que la descendencia de esas primeras oleadas de hibridación entre neandertales y humanos modernos debió de quedarse con los neandertales, por lo que no dejó ningún registro en los humanos vivos.
«Estimamos que los neandertales tienen entre un 2,5 y un 3,7 % de ascendencia humana -moderna- (…), lo que es superior a la cantidad estimada de ascendencia neandertal en los humanos actuales», escriben los autores en su artículo.
En conjunto, los nuevos hallazgos dibujan un cuadro de cómo los neandertales desaparecieron de los registros hace unos 30.000 años.
«No me gusta decir ‘extinción’, porque creo que los neandertales fueron absorbidos en gran medida», señala Akey. Su idea es que las poblaciones neandertales se redujeron lentamente hasta que los últimos supervivientes se integraron en las comunidades humanas modernas.
Este «modelo de asimilación» fue articulado por primera vez por Fred Smith, profesor de antropología de la Universidad Estatal de Illinois, en 1989. «Nuestros resultados aportan datos genéticos sólidos que concuerdan con su hipótesis, lo cual me parece muy interesante».
El estudio también concluye que el tamaño de las poblaciones neandertales era significativamente menor de lo que se había estimado.
«Si se reduce su número en un 10 o 20 %, como hacen nuestras estimaciones, se trata de una disminución sustancial de una población que ya estaba en peligro».
«Los humanos modernos eran básicamente como olas que se estrellan en una playa, erosionándola lenta pero constantemente. Con el tiempo, simplemente abrumamos demográficamente a los neandertales y los incorporamos a las poblaciones humanas modernas», concluye Akey.
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