La Habana. – La inflación interanual en el mercado formal de Cuba alcanzó en enero un 24,23 %, marcando el índice más bajo registrado en años. Este dato representa el quinto mes consecutivo en el que la inflación se mantiene por debajo del 30 %, según informó este lunes la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
El dato continúa reflejando una tendencia a la baja en el incremento de los precios en los últimos meses, según las cifras oficiales. Sin embargo, las tasas se mantienen en niveles que, según los expertos, afectan a la economía en su totalidad. Especialmente impactan a familias, trabajadores y pensionistas.
A pesar de esta gradual disminución, la inflación ha triplicado los precios en la isla desde 2020, según las estadísticas oficiales. El índice de precios al consumidor (IPC) cerró 2021 con un incremento superior al 77 %. En 2022 se situó en un 39,07 %, en 2023 en un 31,34 % y en 2024 en un 24,88 %.
Sin embargo, en la pequeña y aislada isla, la percepción social ampliamente compartida entre sus habitantes es que la inflación real que afecta sus vidas cotidianas es significativamente superior a las cifras oficiales reportadas por el gobierno. Los datos oficiales pueden pintar un cuadro optimista de estabilidad económica. Pero muchos isleños sienten que estas cifras no capturan adecuadamente la realidad en el terreno.
Esto se debe, en gran medida, a la dificultad de incluir de forma representativa el comportamiento de los precios en el extenso y no regulado mercado negro que opera a lo largo del país. Este mercado negro no solo es más surtido, ofreciendo una variedad de productos que no se encuentran disponibles en los canales oficiales. Sino que también es notablemente más dinámico. Cada día, en los rincones de calles empedradas y escondites improvisados, las transacciones comerciales florecen en un ir y venir vibrante de ofertas y demandas que escapan del control gubernamental.
Los isleños recurren a este mercado alternativo porque, a menudo, los productos básicos y necesarios son difíciles de encontrar en las tiendas oficiales. Las estanterías vacías destacan en contraste con las extensas colas de personas que esperan con la esperanza de poder adquirir algo esencial. Por otro lado, los precios en el mercado negro fluctúan constantemente, forzados por las fuerzas invisibles de la oferta y la demanda. Muchas veces registran aumentos dramáticos que afectan de manera directa el bolsillo de los consumidores.
Esta desconexión entre la percepción popular y las estadísticas oficiales crea un sentimiento de desconfianza hacia las instituciones encargadas de medir y reportar la inflación. La gente discute en cafés y plazas sobre cómo las cifras oficiales rara vez coinciden con sus experiencias al comprar bienes y servicios. Estas conversaciones no solo reflejan la frustración latente. También reflejan la creatividad y resiliencia con la que los habitantes intentan navegar por una economía llena de desafíos y restricciones.
El mercado negro, aunque en el trasfondo de la ilegalidad, se ha convertido en un elemento indispensable para la supervivencia de muchos. Ha creado un ecosistema económico paralelo donde se intercambian desde alimentos y productos de higiene hasta dispositivos tecnológicos. Su existencia moldea la realidad económica de la isla de una manera que los números oficiales no logran captar. Se ha convertido en una expresión del ingenio y la necesidad de adaptación de una comunidad que lucha por sobrevivir en medio de una crisis económica.
En este contexto, el mercado negro es tanto un síntoma de los desafíos inflacionarios como una herramienta de resiliencia para aquellos que habitan en la isla.
La variación mensual del IPC con respecto a diciembre fue del 2,06 %. Esto supone un ligero repunte frente al 1,66 % registrado el mes anterior. Aun así, es sensiblemente inferior al 3,39 % de diciembre de 2023.
Analizando por categorías, el aumento interanual más significativo se observó en Bebidas alcohólicas y tabaco, con un 101,42 %. A continuación, se situaron los sectores de Restaurantes y hoteles, con un incremento del 28,66 %. El sector de Alimentos y bebidas no alcohólicas subió un 26,32 %. Finalmente, Transporte tuvo un aumento del 22,41 %.
Todas las divisiones experimentaron subidas interanuales por encima del 10 % salvo Recreación y Cultura (9,56 %), Salud (0,67 %) y Comunicaciones (0,63 %). En los dos últimos casos, se trata de monopolios estatales.
Cuba se encuentra sumida en una grave crisis económica y energética desde hace más de cuatro años. Esto se evidencia en la escasez de básicos (alimentos, medicinas y combustible), una inflación galopante, una dolarización creciente y prolongados apagones diarios.
La combinación de la pandemia de la covid-19, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses desde la primera Administración de Donald Trump (2017-2021) y las fallidas políticas económicas y monetarias nacionales han agravado problemas estructurales de la economía cubana.
La situación ha provocado un gran descontento social. Este descontento es visible en las inusuales protestas de los últimos años y en una ola migratoria sin precedentes en escala y duración.
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