BARCELONA.- La inmunoterapia con linfocitos T modificados genéticamente (linfocitos CART) aumenta la esperanza de vida de los pacientes con linfoma B agresivo que no responden a la quimioterapia.
Así lo indican dos estudios publicados en la revista ‘The New Englang Journal of Medicine’, con participación del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (Idibell) y el Instituto Catalán de Oncología (ICO) -ambos españoles-, que presentan los resultados de dos ensayos clínicos en fase 3 en que se compara el tratamiento con linfocitos CART frente al tratamiento convencional con quimioterapia y trasplante de médula ósea.
Las células CART son linfocitos T autólogos modificados genéticamente que tienen la capacidad de reconocer y destruir las células tumorales del paciente, explicó este martes el Idibell en un comunicado.
Los pacientes con linfoma B agresivo que desde un inicio no responden a la quimioterapia de primera línea o que recaen tempranamente tras la misma tienen un mal pronóstico, y el tratamiento convencional de segunda línea, que incluye la quimioterapia a altas dosis y el trasplante de células hematopoyéticas, no es una buena opción para ellos.
Por este motivo se están evaluando terapias con células CART, y los estudios en fase 2 hechos hasta el momento demuestran su «gran efectividad y capacidad de curación en pacientes que no responden o se han vuelto resistentes a las múltiples líneas de tratamiento».
Estos resultados tan prometedores en cuanto a eficacia motivaron el desarrollo de tres estudios en fase 3 (ZUMA-7, BELINDA y TRANSFORM) que comparan estos constructos CART con el tratamiento quimioterápico convencional de segunda línea en pacientes de mal pronóstico.
Los estudios ZUMA-7 y BELINDA son los presentados en los dos artículos en ‘The New England Journal of Medicine’ en los que participaron el Idibell y el ICO.
En concreto, ZUMA-7 demostró ventajas estadísticamente significativas en tasa de remisiones completas y supervivencia libre de progresión con la administración de las células CART frente al tratamiento convencional.
«Estos resultados positivos harán que muy probablemente, en un futuro, podamos utilizar los constructos CART como estrategia terapéutica de segunda línea en este subgrupo de pacientes», resaltó la jefa del servicio de Hematología Clínica del Instituto de Oncología de Cataluña (ICO) de l’Hospitalet de LLobregat (noreste de España), Anna Sureda.
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