Berlín.- Unos 733 millones de personas, notablemente más que hace diez años, no tiene acceso a suficientes calorías y 2,800 millones no pueden permitirse una dieta sana, revela el Índice del Hambre (GHI) de 2024 publicado este jueves, y que insta a superar el estancamiento en la lucha contra el hambre mediante una mayor igualdad de género.
Según el informe, que elaboran anualmente la ONG alemana Welthungerhilfe (Ayuda Mundial contra el Hambre) junto a la irlandesa Concern Worldwide y el Instituto de Derecho para el Mantenimiento de la Paz y de Derecho Internacional Humanitario de la Universidad Ruhr de Bochum, en seis países -Chad, Madagascar, Yemen, Burundi, Somalia y Sudán del Sur-, la situación es «muy grave» y en otros 36 de los 129 que comprenden el índice, es «grave».
El África subsahariana, donde la situación nutricional general está clasificada como «grave» y las tasas de desnutrición y mortalidad infantil son las más altas del mundo, sigue siendo la región más afectada, además del sur de Asia, con la misma clasificación.
A nivel mundial, la amenaza de hambre es considerada como «moderada» en 2024, con el valor del Índice Global del Hambre para todo el planeta de 18,3, sólo ligeramente por debajo del de 2016, cuando estaba en 18,8.
Desde entonces, la situación del hambre ha empeorado en 22 países con valores de «moderada», «grave» o «muy grave», y el progreso se ha estancado en otros 20 países con esas categorías.
Al ritmo actual de desarrollo, al menos 64 países no alcanzarán el objetivo de niveles bajos de hambre para 2030, que sólo se lograrían a nivel global hasta dentro de más de 130 años, en 2160.
«Estamos muy lejos de alcanzar el objetivo de Hambre Cero para 2030», advierte el informe, que subraya que «tras décadas de grandes avances en la lucha contra el hambre, el desarrollo ha entrado en una fase de estancamiento» y en algunos países, el hambre incluso vuelve a aumentar.
Además, muchos países y regiones sufren actualmente crisis alimentarias agudas e incluso hambrunas y «el derecho a la alimentación y el derecho internacional humanitario están siendo flagrantemente ignorados en todo el mundo», denuncia.
El informe señala que son múltiples las crisis y desafíos que a menudo se superponen en sus efectos, como el cambio climático y la degradación del medio ambiente, los conflictos armados y la deuda externa en la que se ven atrapados muchos países.
Además, las mujeres suelen verse particularmente afectadas por la inseguridad alimentaria y los efectos del cambio climático.
Así, en algunas zonas, la proporción de personas afectadas por la inseguridad alimentaria es hasta 19 puntos porcentuales mayor en el caso de las mujeres que en el de los hombres.
Las normas discriminatorias y la violencia dificultan su acceso a los recursos y limitan su capacidad para hacer frente a las crisis, señala el informe, que destaca que mejorar la capacidad de actuación de las mujeres podría ser un impulso importante para superar el estancamiento en la lucha contra el hambre.
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