Washington.- La NASA lanzará el próximo 6 de febrero la PACE (plancton, aerosoles, nubes y ecosistemas oceánicos), una nueva misión que estudiará la vida microscópica en el agua y en el aire para descifrar qué impacto tienen estas partículas en el clima y en el calentamiento del planeta.
Así lo explicó este miércoles un equipo de científicos de la Administración Nacional estadounidense de Aeronáutica y el Espacio, en una llamada con medios sobre los objetivos de la nueva misión con lanzamiento previsto en menos de 20 días.
«Estos conocimientos podrían orientar a decisiones políticas dirigidas a mitigar los efectos del cambio climático y a mejorar nuestra capacidad de preparación y respuesta a ello», aseguró la administradora adjunta de la NASA, Pam Melroy.
Una vez en órbita sobre la Tierra, según la directora de la División de Ciencias de la Tierra (ESD) de la NASA, Karen St. Germain, se espera que PACE ayude a responder también «preguntas sobre cómo interactúan los océanos y la atmósfera en el actual clima cambiante».
«Es innegable que estamos inmersos en una crisis climática», añadió St. Germain, por lo que consideró que PACE representa «un paso crucial en el compromiso permanente de la NASA por desentrañar los misterios del clima de la Tierra».
Precisamente, dicha agencia espacial confirmó la semana pasada que, debido a la crisis climática, 2023 fue el año más caluroso en la historia desde que comenzaron los registros globales en 1880.
Los científicos pretenden que PACE desvele los «intrincados mecanismos», como dijo St. Germain, por los que las partículas suspendidas en el aire y las nubes influyen en la absorción y dispersión de la energía solar por la Tierra.
«Muchos de los misterios de la ciencia que todavía están por descubrir residen en el agua y en el aire y muchos de ellos son invisibles a simple vista», explicó el director adjunto de operaciones de la División de Ciencias de la Tierra del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, Jacob Richmond, para remarcar la relevancia del proyecto.
Con PACE, los científicos tendrán «importantes datos» sobre las partículas en suspensión de sal marina, humo, contaminantes de origen humano y polvo, observando cómo interactúan con la luz.
Para conseguir estos datos, la misión usará dos polarímetros de última generación para escanear la Tierra y recopilar datos sobre la composición química, el movimiento y la interacción de las partículas y las nubes.
Dichos instrumentos científicos se utilizan para medir el ángulo de rotación que causa el paso de la luz polarizada al atravesar una sustancia ópticamente activa.
El período de puesta en órbita de la misión es de 60 días y se espera que, aproximadamente en la mitad de dicho período, los instrumentos empiecen a recoger datos y que, entre el día 40 y 50, se publiquen las primeras imágenes.
El proyecto, que se centrará en «el impacto de las cosas diminutas», cuenta con un presupuesto de 939.3 millones de dólares, según especificó el científico del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA y director del proyecto PACE, Mark Voyton.
En la conferencia, los ponentes se mostraron emocionados por una misión que «la comunidad científica lleva más de 20 años planteando», destacó el científico del proyecto PACE, Jeremy Werdell.
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