Redacción.- La misión futura del observatorio de los mundos habitables de la NASA se propuso para recibir financiación por el decadal survey en astronomía y astrofísica de las academias nacionales en la década de 2020.
El observatorio tiene como objetivo identificar y obtener imágenes directas de exoplanetas potencialmente habitables, sería el primer telescopio diseñado específicamente para buscar vida en ellos, que utilizará la espectroscopia para buscar huellas moleculares de la vida primitiva, como el oxígeno molecular o el metano, que constituyen biofirmas.
El telescopio espacial infrarrojo/óptico/ultravioleta propuesto requiere nuevas tecnologías. La NASA seleccionó tres propuestas industriales que mitigarán las necesidades de la misión por un total de 17,5 millones de dólares. Una de las nuevas tecnologías implica un coronógrafo de alto nivel para bloquear la luz de la estrella anfitriona para poder tomar imágenes de sus planetas, otra es un sistema óptico extremadamente estable.
Uno de los beneficios no reconocidos del Observatorio de Mundos Habitables es que potencialmente puede buscar luces de ciudades en el lado nocturno de exoplanetas habitables.
En un artículo realizado con la estudiante Elisa Tabor, el Observatorio de Mundos Habitables explica que será lo suficientemente sensible como para detectar iluminación artificial nocturna comparable a la estelar del lado diurno del planeta, y que podría discernir el tipo de lámparas utilizadas por los extraterrestres en sus calles y compararlas con nuestras LED.
Un ejemplo de que la detección de luz artificial no requiere obtener imágenes del planeta, sino que hay luz agregada desde el planeta a la emisión de la estrella y albedo diurno del planeta. Las contribuciones relativas de estos componentes varían a medida que el planeta cambia su orientación con respecto a la estrella y nuestra línea de visión a lo largo de su órbita.
Hay que tener en cuenta que las criaturas biológicas en un mundo habitable cerca de estrellas enanas rojas comunes probablemente posean ojos sensibles al infrarrojo, como la gamba mantis en la Tierra, porque la visión infrarroja ayudaría a su supervivencia en el lado diurno de su exoplaneta. Si su civilización avanza a una fase tecnológica, probablemente emplearían lámparas infrarrojas para iluminar el lado nocturno. Detectar sus luces artificiales no solo nos informaría sobre su infraestructura tecnológica, sino también sobre la biología de su visión.
La mejor posibilidad para obtener imágenes de las luces de ciudades fuera del sistema solar es alrededor de las estrellas más cercanas. El objetivo es Proxima Centauri, una enana roja ubicada a 4,25 años luz de distancia. Esta estrella es casi seiscientas veces más débil que el Sol, por lo que un planeta necesita estar unas decenas de veces más cerca del horno nuclear de su estrella anfitriona que la separación Tierra-Sol, para que pueda sustentar la química de la vida tal cual la conocemos agua líquida.
La próxima Centauri alberga un planeta rocoso con aproximadamente 1,3 masas terrestres a una vigésima parte de la separación Tierra-Sol, debido a su proximidad a la estrella, se cree que este planeta, Próxima b, está bloqueado por mareas, mostrando el mismo lado de la estrella en todo momento, al igual que la Luna en relación con la Tierra.
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