REDACCIÓN.- Luego de años de olvido y aún bajo la sombra de investigación para determinar posible vicios de construcción e irregularidades en las adjudicaciones, la nueva cárcel de La Victoria no sólo no ha sido usada para su objetivo original, sino que ahora se ha convertido en un improvisado cementerio de autos sin que aparentemente la propia Procuraduría tenga conocimiento y control.
Lo que hace dos años fue inaugurado sin su terminación para que funcionara como el nuevo modelo penitenciario de La Victoria, hoy ha sido reducido a un depósito de vehículos, algunos de ellos de alta gama, que están estacionados en terrenos ubicados al frente de la edificación penitenciaria.
Vecinos del complejo ubicado en el paraje Las Parras, en el municipio de Guerra, y las autoridades de esa zona aseguran que el origen de los esos autos y su traslado a la zona es un misterio.
Ante el abandono del proyecto carcelario, que costó al estado seis mil 967 millones de pesos, residentes de Guerra consideran que el gobierno debería continuar la construcción y ponerla en funcionamiento.
Ante la falta de información que rodea el depósito de vehículos abandonados, los militares que custodian las instalaciones rehúsan emitir comentarios.
Aunque sin detallar con precisión el origen de los vehículos, entre los que se encuentra jeepetas de lujo, camiones y minubuses, la Procuraduría General informó a través de su departamento de prensa que se trata “chatarras” y de autos en desuso que serán descargados y trasladados a Bienes Nacionales.
Las instalaciones, cuyas obras están paralizadas, están bajo la jurisdicción de la Procuraduría General.
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