Un patriarca del periodismo dominicano se marchó de este mundo la madrugada del 25 de diciembre, permitiéndole la vida disfrutar la última cena de Nochebuena con su noble familia, como siempre fue su costumbre de padre, hermano y amigo ejemplar. Se trata de Don Manuel María Pouerié Cordero, autor de cinco libros que enriquecen la bibliografía nacional, dignos de figurar como material de lectura obligada en las escuelas de comunicación social de las diferentes universidades del país.
Pouerié Cordero, higüeyano de nacimiento y yumero de sentimiento, vio por primera vez la luz del mundo en la provincia de La Altagracia el 6 de enero de 1922, hijo de los esposos Manuel Arsenio Pouerié Morel y la señora Rafaela Cordero Olea. Muy joven fue designado oficial de correos en la entonces aldea de San Rafael del Yuma, donde con su innata vocación de comunicador fundó el quincenario Avance y Acción en enero de 1945. En esa comunidad contrajo matrimonio con la señora Bertha Aristy Núñez, con quien procreara sus hijos Dionisio Arturo, Bertha Rafaelina y Manuel Ramón, ingeniero, tecnóloga médica y publicista, respectivamente.
Reportero de toda una vida en el diario El Caribe, a cuya redacción ingresó el primero de marzo de 1949 hasta su pensión en la década de los 80, Don Manuel fue pionero del periodismo turístico cuyas crónicas descriptivas de las bellezas naturales del país recogió en su libro Estampas de un periodista, publicado en 1964 con prólogo del destacado intelectual español Manuel Valdeperes, quien definiera la obra como “un libro con espíritu”.
Luego vinieron nuevas publicaciones como Reminiscencias Dominicanas, 1985, prologado por el general escritor José Rijo; El periodismo y yo, 1990, por el periodista Mario Álvarez Dugan (Cuchito), Otras Facetas de un periodista, 1997, por un servidor y Síntesis de ciudades, pueblos e islas del país, por el laureado novelista Marcio Veloz Maggiolo, textos que le mantendrán vivo entre nosotros.
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