Parecen imágenes insólitas construcciones iniciadas hasta hace una década, pero paralizadas o abandonadas.
Es el panorama y el elemento común que rodea lo que está ocurriendo en 525 planteles escolares que llevan años inconclusos en diferentes regiones del país, mientras que hay una gran escasez de aulas.
La larga e inexplicable indolencia y descuido con estos trabajos, que se viene arrastrando desde hace más de una década, ha convertido a estas escuelas en lugares arropados por arbustos, donde reina el abandono, y en algunos casos han instalado centros de reparación de camiones de basura o hay hasta crianza de chivos y cerdos.
En espera de la terminación de centros, en algunas escuelas donde cuentan con más de 500 estudiantes, pero solo tienen siete aulas, los alumnos increíblemente usan las escaleras por falta de espacios adecuados.
¿Cómo se puede impartir docencia en semejante condiciones y que aprovechamiento pueden tener estos alumnos?
Es un gran desafío del Estado resolver este drama. El Ministerio de Educación dijo a El Informe que aparte de estos 525 planteles paralizados, han reiniciado los trabajos en otras 164 edificaciones que también estaban en las mismas condiciones.
Todo lo que aquí describimos se refiere únicamente al estado de precariedad escolar porque si abordáramos las pérdidas económicas y sobrecostos de estas escuelas inconclusas, esto ameritaría otra investigación de El Informe.
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