En medio de una irresponsable inacción de la comunidad internacional, Haití se sumerge cada día más en un caos caracterizado por la violencia, la inseguridad y la falta de autoridad porque quienes mandan, de hecho, son las bandas criminales.
Con un gobierno frágil y cuestionado por los propios haitianos, que carece de un cuerpo policial capaz de garantizar el orden, Haití ni siquiera alcanza hoy día la condición de estado fallido con la que se le había venido calificando a nivel internacional, siendo el país más pobre del hemisferio y uno de los más sufridos del mundo.
Es un panorama complicado y penoso para los propios haitianos que como pueblo deberían tener derecho y la posibilidad de encausar sus vidas por un mejor destino en un ambiente de paz, desarrollo y democracia.
La historia de las últimas décadas ha demostrado que carece de los medios para garantizarse por cuenta propia su estabilidad, mientras la comunidad internacional se muestra indiferente frente a este angustiante drama humano.
El gobierno y el pueblo dominicano, que en ausencia de apoyo foráneo ha sido amigo y solidario con Haití, ven con extrema preocupación ese desolador panorama, primero por la suerte de los propios haitianos, pero también por las repercusiones que la situación haitiana puede tener en el territorio nacional.
Aunque las fuerzas armadas dominicanas dicen que tienen bajo control la vigilancia en la frontera y hay un gran despliegue de unidades en algunos puntos, bien sabemos que la línea limítrofe es en la práctica una franja porosa posible de cruzar sin mayor impedimento.
¿Qué pasaría si en medio de la desesperación de gente hambreada, sin combustibles, sin puestos de trabajo, con un presente incierto y un futuro que no se vislumbra, aumentara el estallido social y se produjera una gran estampida hacia nuestro país?
¿Podrían las fuerzas armadas controlar una situación semejante sin que forzosamente pudiera producirse en medio de tal caos una masacre que de inmediato seria condenada por la comunidad internacional, la misma que con su inacción está llevando a Haití al descalabro más absoluto?
Ahora, luego de meses del llamado de auxilio del gobierno dominicano sobre la situación del vecino país, la ONU y la OEA piden establecer corredor humanitario, esperamos que no se quede en promesas y retórica, que la comunidad internacional finalmente reaccione, que pase de las palabras a los hechos y que actúe antes de que sea demasiado tarde, cuando solo haya espacio para lamentos y cuestionamientos.
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