En la arena política dominicana, la competencia por la atención mediática alcanza nuevos niveles con la programación simultánea de ruedas de prensa de alto perfil.
Leonel Fernández, ex presidente y figura destacada de la Fuerza del Pueblo, ha decidido iniciar una serie de encuentros semanales cada lunes a las 11 de la mañana.
Este movimiento se interpreta por algunos como una estrategia para contrarrestar «LA Semanal», la cita habitual del presidente Luis Abinader con la prensa los lunes por la tarde.
La situación se tensó aún más cuando se anunció que varios ministerios y la Liga Municipal Dominicana también convocarían a una rueda de prensa en el mismo horario que la de Fernández.
Este acto fue visto por la oposición como un intento de boicot, diseñado para desviar la atención y los recursos mediáticos hacia el oficialismo.
Ante este panorama, es fundamental recordar que la prensa en una democracia debe ser un vehículo de información objetiva, no un instrumento al servicio de estrategias partidistas.
La verdadera esencia del periodismo democrático radica en su capacidad para cubrir de manera equitativa y exhaustiva todos los puntos de vista, sin favorecer a ninguno en particular.
Por tanto, ninguna figura pública, sea del gobierno o de la oposición, puede pretender monopolizar la cobertura mediática.
Los eventos recientes demuestran que la prensa dominicana, al cubrir las escenas, ha actuado en el espíritu de su misión democrática: informar al público sin prejuicios.
En conclusión, más allá de las estrategias políticas y los juegos de poder, la prensa debe mantener su integridad y objetividad.
Este es el pilar sobre el cual se construye la confianza en nuestras instituciones mediáticas y, por ende, en nuestro sistema democrático.
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