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La radioafición, un hobby con vocación de servicio

Relato

“Ser radioaficionado es algo que se lleva en la sangre y cuando yo me muera es que dejaré la radio”, manifestó.

SANTO DOMINGO. – Un radioaficionado es una persona apasionada por la transmisión de información utilizando una señal de radio y muchas veces con sus propios recursos.

Noticias SIN.com, se trasladó a la vivienda de Juan Méndez, en el sector del Almirante En Santo Domingo Este, un radioaficionado dominicano que se define como una persona que “siempre está presto para ayudar y con una vocación de servicio”.

En el techo de su vivienda tiene antenas las cuales usa para conectarse. Tiene una cabina en el patio de la con diferentes tipos de radios, pantallas, micrófonos y teclados, los cuales utiliza para comunicarse y para brindar informaciones.

Su interés por la radio inició en los años 80, siendo un adolescente. Le llamó la atención la casa de un vecino que tenía antenas en el techo de su vivienda. Él se acercó y le preguntó para qué servían esas antenas.  El hombre le contó que era marino, sobre la importancia de esas antenas, de la radióafición, y ahí nació su interés.

“Cuando yo era muchacho yo visitaba un señor que era marino y él tenía un radito y yo lo escuchaba hablando sobre eso. Él también tenía unas antenas en el techo de su casa y me enseñó sobre la importancia de la radio y más que eso, cómo ayudar a las personas solo dando una información”, narró.

Contó que su papá fue quien le compró su primer radio en una compraventa. Le costó 25 pesos en aquella época.

“Cuando mi papá llegó con ese radio, eso fue lo más grande para mí. Porque yo usaba radios que me prestaban y yo hablaba por ahí. Para mí eso fue más grande que tener una bicicleta”, relató.

Al llegar a la adultez, en los años 90, se retiró de la labor porque se casó y se dedicó a formar una familia, por lo que abandonó su hobby por unos 25 años.

Pero la historia no termina ahí, tiempo después se encontró con un amigo que le contó que seguía haciendo radioafición y lo convenció de que lo retomara. Así inició con el proceso para obtener su primera licencia de radioaficionado en el año 2017.

“Yo pensé que eso no existía, pensé que ya había pasado de moda, pero ese amigo me convenció y es ahí cuando otra vez me adentro en este mundo”, manifestó.

La radioafición

“El 80 por ciento de los radioaficionados iniciaron con la banda de los 11 metros, es decir, una banda que no necesitaba licencia para comunicar”, contó.

Los radioaficionados no usan la radio como un método de comunicación, sino como un pasatiempo que puede ser utilizado para ayudar y servir a la ciudadanía en cualquier momento.

“Cuando los teléfonos, la televisión y los celulares fallan, con dos pedazos de alambre, un radio y una batería ya tienes comunicación”, indicó.

Juan Méndez es miembro de varias organizaciones. Radio Club Dominicana cuenta con unos 80 miembros.

Radio Club Dominicano es una institución que fue fundada luego de la dictadura de Trujillo. Se sustenta con la cuota que paga cada uno de sus miembros porque ninguno recibe ninguna remuneración.

En momentos de crisis, los radioaficionados ayudan al COE, a la Defensa Civil y otros organismos de emergencia. Son personas que siempre están prestos ayudar y servir sin importar la hora o circunstancias.

Durante la entrevista relató varias situaciones donde los radioaficionados han sido héroes sin capa para la población.

“El estado se sirve de los radios aficionados en momentos de crisis, pero no recibimos ningún pago”, indicó.

Lamenta que los radioaficionados dominicanos no son tomados en cuenta por parte del gobierno. “No pido que el gobierno nos pague, sino que nos dé facilidades para conseguir los equipos, ya que son muy costosos”, dijo.

Dijo que un radioaficionado que funge como diputado, sometió un proyecto de ley para que los radioaficionados no paguen los impuestos de los equipos al traerlo al país porque le sale el doble de caro.

Lo satisfactorio de la radioafición

Ser radioaficionado es un pasatiempo que sale caro. “Si un equipo cuesta US$ 1,000 aquí con los impuestos, el equipo sale costando el doble”, indicó.

Lo satisfactorio de esta labor es servir. Hablar por una radio con personas que nunca has visto “se siente bien saber que otras personas en el mundo hacen lo mismo que tú”.

Si el estado conociera la labor e importancia que tiene el radioaficionado, quizás podría brindar más facilidades.

Contó que una vez se desencantó porque no le daban la licencia. Desmontó las antenas y guardó todos los equipos en el cuarto de servicio, pero más adelante decidió continuar y armó todo nuevamente hasta que consiguió la licencia que necesitaba, para poder continuar.

 “Cuando hay ciclones y se va la luz, yo tengo una planta eléctrica, yo arreglo lo mío, lleno mi planta de combustible, porque el asunto es estar comunicando y servir”, dijo.

También está la posibilidad de comunicarse con personas de otros países.

“Yo me he comunicado con personas de países que yo nunca pensé que iba a hablar con ellos, son como 160 países con los que me he comunicado”, dijo.

Si en el país llega a pasar algo, por medio de los radioaficionados el mundo se puede enterar.

Dijo que ser radioaficionado se aprende escuchando y sobre todo el radioaficionado tiene que tener vocación de servicio.

Mencionó que personalidades como Fredy Beras Goico, Pepe Goico, Jimmy Sierra, fueron radioaficionados que aportaron mucho a la comunidad.

Indicó que ser radioaficionado “no es a lo loco”, todos tienen que tener una licencia y estar registrados en el Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (INDOTEL).

«Hay un sin número de personas a nivel mundial que también se dedican a esto», mencionó.

Juan es mecánico industrial retirado.

A pesar de que a su esposa no le gusta la radioafición, ella lo apoya acompañándolo a todos los eventos a los que él asiste.

“Ser radioaficionado es algo que se lleva en la sangre y cuando yo me muera es que dejaré la radio”, manifestó.

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