La vicepresidenta de Nicaragua dice que han enterrado el odio y la cizaña

«Desde esta Nicaragua todos los días invocamos a Dios para que siga bendiciéndonos con caminos de bondad, de generosidad, de justicia, de reconciliación desde la justicia, de restauración desde la justicia, de entendimiento y paz», señaló Murillo, esposa del presidente del país, Daniel Ortega, a través de medios oficiales.

Murillo afirmó que todos los días invocan a Dios «para que nos siga bendiciendo en esa incesante búsqueda, de todos, por la patria de paz y bien con la que veníamos avanzando» hasta el 18 de abril de 2018 cuando estalló la crisis por una impopular reforma al seguro social.

«Hemos avanzado, y aun con los golpes de la codicia, de la avaricia, seguimos avanzando porque estamos en las manos de Dios», continuó.

Murillo responsabilizó de la crisis que vive el país a «ese pequeño grupo de codiciosos, ese pequeño grupo demencial que creyó que era posible doblegar al pueblo nicaragüense con violencia, y provocando dolor».

Explicó que por esa razón están insistiendo en que «ese pequeño grupo de codiciosos», en alusión a la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que es la contraparte del Gobierno de una mesa de negociación, «reconozca el daño que le hicieron al país, con locura, y vileza», y pidan detener las sanciones internacionales contra Nicaragua.

«¿Cuántos de los que emprendieron esa vergonzosa aventura de destrucción de nuestra Nicaragua conocen el hambre? ¿Cuántos conocen el sufrimiento, la angustia? ¿Cuántos conocen la carencia?», siguió Murillo, que instó a los seguidores del Gobierno «a perdonar, sin olvidar».

Nicaragua atraviesa una grave crisis que ha dejado 325 muertos desde abril de 2018, de acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque algunos grupos elevan a 568 las víctimas mortales, mientras que el Ejecutivo solo reconoce 199 y denuncia un intento de golpe de Estado.E