Otro 25 de noviembre lamentablemente, otro año más, otro día más que nos recuerda que existe un Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer.
Esta declaración emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”
Se conmemora dicho día desde 1981, cuando militantes y activistas en favor de los derechos de la mujeres lanzaban sus protestas ante la violencia de género, con la necesidad de honrar la memoria de nuestras mariposas, las Hermanas Mirabal, que fueron brutalmente asesinadas en 1960 por orden de un cobarde y hombre enfermo que tenía en sus manos a un país que manejaba a su antojo, guiado por sus placeres más primarios, un antisocial, un ejemplo perfecto de lo que es un maltratador, hizo este rol de película, sin desperdicio, dio cátedra de ello, cada paso que daba, cada ala que cortaba. Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961).
Según la OMS: “La violencia contra la mujer -especialmente la ejercida por su pareja y la violencia sexual- constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres. Las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres (30%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida”.
Cifra que va en aumento ahora con el COVID-19, porque las mujeres y niñas se han tenido que ver conviviendo más tiempo en muchos casos con su agresor.
Han pasado tantos años y aún seguimos mundialmente conmemorando este día. ¿Hasta cuándo? Muchas veces me pregunto, ¿Será eterno? ¿Qué culpa tenemos las mujeres de haber nacido mujeres?
La verdad que es agotador no lo voy a negar, vergonzoso e impotente, incluso ese silencio que esconde una violencia, aquella no denunciada, aquella que veo en consulta y que acompaño para prevenir ya que es la única solución ante tal situación.
Prevención, denunciar y educar a futuras generaciones desde el respeto y la igualdad, es fundamental para poder un día tener que borrar del calendario este vergonzoso y repugnante día, no nos merecemos esto, ustedes, aquellos o aquellas que atentan con nuestras vidas están en este mundo por un vientre generoso que un día les albergó y les alumbró, no es justo.
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