Puerto Príncipe.- La violencia no da tregua en Haití, como quedó patente este lunes cuando se sucedieron las imágenes de cadáveres en las calles de Pétion-Ville, en las colinas de Puerto Príncipe, mientras el país sigue a la espera de que se constituya el consejo presidencial de transición acordado hace justo una semana.
Las circunstancias de lo sucedido en Pétion-Ville no están claras y, mientras algunas versiones apuntan a un tiroteo, otras hablan de que se trata de al menos una docena de bandidos abatidos a disparos por la Policía Nacional.
Según pudo captar EFE, en medio de regueros de sangre los vecinos se arremolinaban en torno a los cadáveres, entre ellos el de una mujer, mientras una ambulancia recogía los cuerpos en plena vía, en los alrededores de una zona dedicada al comercio informal de alimentos y otros productos.
Además, blanco de las bandas fueron algunas zonas de Laboule y Thomassin, barrios acomodados de Puerto Príncipe, donde comercios y residencias fueron asaltados.
También estos días ha sido objeto de robos y actos vandálicos la compañía pública de electricidad Electricite d’Haiti, hasta el punto de que cuatro subestaciones del área metropolitana de Puerto Príncipe y la central de Varreux han quedado destruidas, con la consiguiente falta de suministro en decenas de zonas.
Estos últimos ataques se suman a los registrados desde que hace casi tres semanas la violencia aumentara de forma exponencial en Haití, en especial en la capital y sus alrededores, sin que de ella se hayan librado instituciones públicas, empresas privadas, cárceles (el asalto a dos de ellas permitió la huida de unos 3.000 presos) o infraestructuras.
Incluso las todopoderosas bandas armadas intentaron asaltar el Palacio Nacional e incendiar el Ministerio de Interior, aunque ambos ataques fueron frustrados por las fuerzas del orden.
El grave impacto de la violencia entre los niños
La violencia no se ve frenada ni por el estado de emergencia que rige en el departamento del Oeste (donde está la capital) desde el 7 de marzo, y que se prolongará al menos hasta el 3 abril, ni por el toque de queda extendido una vez más en esta zona hasta el miércoles.
Esta situación tiene graves repercusiones en la vida diaria de la población, que no puede moverse libremente, acceder a los servicios médicos y al agua o acudir a la escuela, al margen de las miles de personas que han huido de sus hogares y se han convertido en desplazadas que malviven en improvisados refugios donde se carece de lo mínimo imprescindible.
Ello, alertó este lunes la organización humanitaria Plan Internacional, está teniendo un importante impacto en la infancia, un sector de la población en el que la violencia se «está cobrando un alto precio» en lo que a salud mental se refiere.
Ante esta situación, Plan Internacional abogó por dar prioridad a la atención psicosocial y al apoyo emocional de niñas, niños y adolescentes.
Y, mientras tanto, Haití sigue a la espera de la conformación del consejo presidencial de transición que deberá ponerse de acuerdo acerca de quién será el nuevo primer ministro del país y preparar el camino para la celebración de elecciones presidenciales.
Hace una semana, en una reunión convocada por la Comunidad del Caribe (Caricom) en Jamaica con asistencia de representantes haitianos, de la ONU y de la comunidad internacional, entre ellos el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, se acordó la creación de ese consejo y, poco después de este anuncio, el primer ministro de Haití, Ariel Henry, comunicó en un mensaje a la nación desde Puerto Rico que dimitirá del cargo cuando dicha institución esté implementada.
Si bien el pasado 11 de marzo Estados Unidos consideraba que la formación del consejo de transición podía producirse en 24 o 48 horas, ha pasado una semana y aún no está constituido.
Y ello a pesar de que el jueves las gestiones estaban muy avanzadas y se conocían ya los nombres de la mayor parte de los miembros de pleno derecho del consejo, del que se desmarcó uno de los movimientos y grupos encargados de estas designaciones, el partido Pitit Dessalines, que rechazó nombrar un representante.
Además del consejo de transición, Haití está a la espera de la llegada de la misión multinacional de apoyo a la seguridad que liderará Kenia y que, pese a haber sido aprobada en octubre pasado por la ONU, aún no se ha materializado.