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Batalla Electoral 2024

La visa

Me refiero a la visa gringa, porque no hay otra que les cause a ciertos “patriotas¨ – a ciertos ¨robertos¨ disueltos en sucios brebajes de “pulcritud”- tanta ambición de poseerla y tantos tormentos al ser despojados de ella.
La mismísima, la que le quitan por órdenes superiores motivadas por espurias pugnas y sucias maniobras de poder entre el imperio mayor y sus súbditos maltrechos y malcriados. A esa visa me refiero: a la visa estadounidense, procurando enmendar lo de “gringa”, si ese término ofende a los/as inocentes que son forzados o arrastrados por necesidad a adorarla o a perseguirla con pasión.
“La visa” que “me se importa”, como dicen los sureños. Esa que obtuve una vez por gestión de mi madre antes de cumplir los 18 años (1960) y que solo usé para permanecer en Puerto Rico alrededor de un mes. La que nunca después ha ocupado lugar en mi pasaporte.
Porque metido tempranamente en los avatares de la militancia antiimperialista, revolucionaria, socialista, comunista… nunca jamás me la concedieron, ni siquiera cuando quise complacer diversas invitaciones de la comunidad dominicana en “Nueva Yol”, ni cuando algunos Colegios Universitarios de esa ciudad quisieron que fuera a dictar determinadas conferencias, ni cuando grupos dominicanos residentes en NY invitaron al movimiento Arcoiris Opositor (en ocasión del fraude electoral del 1994), ni cuando una de esas invitaciones fue avalada por un Senador del Estado de NY. ¡Ni –oigan esto- cuando la familia de la primera esposa de mi hijo Pavel nos invitó al matrimonio de esa pareja en West Virginia!
¡Sopla! Ahora, por iguales causas, cargo con el honor de una “orden de captura” en Colombia y una “ficha azul” de la INTERPOL por diligencias simultáneas de la CÍA y del DASS colombiano; medida, que dictada con el patrocinio del Departamento de Estado de la señora Clinton y del presidente Obama -en íntima complicidad con el ex-presidente Álvaro Uribe y el presidente Manuel Santos de ese país hermano- reza así: “Orden de captura por los delitos de concierto para delinquir agravado, con fines de financiamiento de terrorismo y administración de recursos relacionadas con actividades terroristas y circular azul de ITERPOL.” (“Información FARC/Narciso Issa Conde”, suministrada por el Gobierno de Colombia al Gobierno Dominicano, actualmente en mi poder).
En esa ocasión tal represalia la hicieron extensiva a mi familia: apresaron y esposaron a Lourdes (Lulú) de tránsito por Miami y le quitaron la visa a ella y a mi hijo Ricardo.
Sin embargo, yo y mi querido entorno familiar y político estamos muy tranquilos, plenos de orgullo y dignidad, sin alardear de patriotas; confiados en que -como decía José Martí- “Patria es Humanidad” y yo agregaría… honestidad, integridad personal, rebeldía contra la opresión, amor por la igualdad de derechos y solidaridad con las causas justas.
Pese a esas agresiones estamos firmes, serenos/as, indoblegables y muy alegres, siempre junto a nuestra linda descendencia (en especial con el sublime disfrute de la “nietada”), nuestras apreciadas amistades y solidarios compañeros/as de lucha; porque lo acontecido no ha estado mediado por negocios de “scanner” para fraudulentos conteos electrónicos de votos, ni por Súper-Tucanos, ni por Barrick, Falcondo u Odebrech. ¡Por nada parecido! Y si por virtudes colectivas que enaltecen.
Por eso entiendo las razones de la reciente actitud levantisca, prepotente y patriotera -acompañada de un amoratado espíritu de secta en descomposición- de ciertos súbditos del imperio frente a las benignas y teatrales sanciones de la metrópolis, que “pocas me las jayo” y que a pocos jorocones afectan.
Sencillamente estos tipos se pasaron –y se pasan- de racistas, neo-fascistas y corruptos. Realmente se auto-debilitaron, dejaron de ser útiles al sistema dependiente, se pusieron de malcriados con el Procónsul, que ciertamente tiene sus corruptos y derechistas preferidos; resistiéndose, a continuación del despojo de un visado banalmente sobrevaluado, a admitir las cuentas de su rosario, presentándose de paso como “víctimas” del intruso.
En medio de ese grotesco y repulsivo espectáculo solo lamento que aquí no existan mecanismos de poder capaces de castigar judicialmente a pillos, abusadores y tramposos desfachatados; lo que les brinda la oportunidad a representantes de un imperio re-colonizador, que exhibe en su trayectoria histórica y actual similar o peor calaña que sus cipayos criollos, lucírsela con falsas poses moralista, oportunistamente empleadas para adornar su persistente saqueo y cruel expoliación.

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