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Las elecciones municipales

La principal empañadura del proceso fue la ya tradicional compra de votos y cédulas, lo que en el país viene  ser una especie de pandemia que se repite en cada elección, y de la que son responsables los propios partidos políticos aunque después se rasguen las vestiduras reclamando poner coto a dicho comercio indecoroso.

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Si bien tomando en cuenta que tradicionalmente, salvo en un par de ocasiones en los años anteriores, la abstención en las elecciones municipales resulta significativamente mayor que en las presidenciales, y  ahora con la carga adicional del temor al contagio del Covid-19, la gente fue a votar, pero sobre todo, como ha hecho siempre, guardando orden y compostura.

Como se ha señalado en otras ocasiones, el elector dominicano, por lo general, acude a las urnas en forma pacífica y ordenada.  Son contadísimos los casos en que electores hayan provocado incidentes violentos.  Estos, casi siempre, provienen de los activistas políticos, que en el triunfo de sus partidos y candidatos favoritos, de muchos de los cuales reciben remuneración, ven la oportunidad de conseguir un puesto en la nómina del Estado, muchas veces sin prestar servicio, o sea, la clásica botella.

En general las elecciones transcurrieron en calma casi absoluta en todo el país, salvo dos o tres incidentes aislados.  Los más graves tuvieron lugar en La Mata al producirse un enfrentamiento entre parciales del PLD y del PRM, con un vehículo incendiado y una persona con herida de bala en una mano, y en Azua, donde una turba trató de penetrar en un colegio electoral, lo que motivó al cabo Elvin Nina Corporán a hacer uso de su arma, hiriendo a tres personas todas fuera de peligro.  Por otra parte, la Policía Electoral retuvo las armas de 19 personas durante el proceso de votación.

Y aunque algunos ignoraron la orden de la Junta Central Electoral prohibiendo practicar el activismo dentro de los colegios, en general esta vez fueron muchos menos los casos.

La principal empañadura del proceso fue la ya tradicional compra de votos y cédulas, lo que en el país viene  ser una especie de pandemia que se repite en cada elección, y de la que son responsables los propios partidos políticos aunque después se rasguen las vestiduras reclamando poner coto a dicho comercio indecoroso.

Fueron  detectadas por los observadores de Participación Ciudadana en 7 provincias en el primer caso y 4 en el segundo. Los lugares donde se reportó mayor número de casos fueron Espaillat 35%, María Trinidad Sánchez 33, Duarte 29, Sánchez Ramírez  28, La Altagracia 26, Santiago 25 e Independencia 22. Como consecuencia fueron apresadas 4 personas dedicadas a esa actividad ilícita que es de esperar reciban una sanción ejemplar sin margen a componenda.

Por lo demás, salvo el fallo de algunos escáneres que no alterarán en lo absoluto el proceso y transparencia del conteo, los partidos políticos los propios observadores internacionales y locales consideran que fueron unas elecciones bien organizadas y ejemplares fruto del trabajo eficiente de la Junta Central Electoral,  que compensan las fallidas del 15 de febrero. Como tales una victoria de la democracia, que sirven de confiable preámbulo a los comicios presidenciales y congresuales a celebrarse en mayo…si el coronavirus lo permite.

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