La prensa debe respetar la privacidad familiar de quienes prefieren desarrollar vidas normales fuera del candelero. Haré una excepción para referirme an Esther Patricia, Graciela Lucía y Adriana Margarita. En los mentideros dicen que las cuatro féminas de la familia Abinader Arbaje están opuestas a que el presidente busque su reelección.
Algunos sabichosos alegan que ser reelecto “arrastra vicios, desgaste rápido, pasivos costosos, basura, procesos judiciales, cárcel” y sugieren que mejor regrese triunfalmente en 2028. Estuve opuesto a Abinader en las elecciones pasadas por estimarlo carente de experiencia de Estado. Me equivoqué. Sus éxitos frente a la pandemia, guerra, presiones externas e intrigas internas y los piropos de organismos internacionales lo acreditan como fino estadista.
Hoy su reelección es casi segura. Es necesaria para completar lo iniciado, ante falta de alternativas convenientes. No imagino a la familia de ningún presidente dominicano que rechace que su papá coseche el triunfo de una reelección merecida. Que sus tres hijas lo quieran de vuelta en casa es la mejor garantía de excelencia. Imprescindible nadie, pero aun con sus macos no hay mejor opción que Luis.
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