Mientras se aguarda la conclusión de la reforma policial, un proceso que tomara bastante tiempo, hay que adoptar medidas concretas y efectivas para evitar a corto plazo, que el uso inapropiado de la fuerza por parte de agentes pueda generar más tragedias como la que costó la vida al niño de 11 años Donelly Martínez durante el carnaval de Santiago.
El uso imprudente de un agente con su arma de fuego manipulada en medio de una multitud troncho la vida de ese jovencito. Ante esta tragedia es urgente, que si excusas, se inicie un entrenamiento a los policías sobre los protocolos para manejar situaciones de orden público sin incurrir en abusos o acciones que puedan causar heridas y la muerte a civiles.
En medio del unánime repudio por la forma en que perdió la vida el menor, la irritación publica se ha acentuado al conocerse que el agente no había pasado ningún entrenamiento especial, a pesar de formar parte de un cuerpo de acción rápida y que además había tenido antecedentes de golpes a una menor.
Y entonces con razón podía preguntarse, ¿habrá otros casos de integrantes de esas unidades especiales que hayan sido incorporados sin recibir la preparación de rigor que amerita?,
Esperamos, pues, que además de justicia, se tomen acciones de inmediato para que no tengamos que lamentar otras dolorosas tragedias.
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