París.- Las «playas» de París, que este año cumplen su vigésimo aniversario, constituyen en verano uno de los grandes refugios de los habitantes de la capital francesa y de los turistas para las olas de calor como la que se avecina.
Los parisinos le dan la bienvenida al verano sentados en tumbonas, paseando y haciendo deporte al aire libre en la orilla del canal del Bassin de la Villette, en el evento anual de Paris Plages, las «playas» más metropolitanas de la capital.
Bajo un sol de julio cada vez más rabioso, el viento y el agua refrescan a los transeúntes que acuden a las orillas del río Sena, pero también del canal del Bassin de la Villette para sentarse en tumbonas, pasear, hacer deporte o incluso darse un chapuzón en las piscinas temporales que se han creado allí.
El sonido del agua, que acompaña las risas y las conversaciones de los visitantes, amenizan los días de verano, que están siendo cada vez calurosos y que lo serán todavía más a partir del lunes, cuando se podrían alcanzar o incluso superar los 40 grados, según los servicios meteorológicos.
En las «playas», el entretenimiento está garantizado con todo tipo de actividades, desde la pesca, los paseos barcos y el piragüismo a la escalada y los cursos de tai chi o yoga.
En este periodo de vacaciones, en que una parte de París se vacía de sus habitantes, muchos de los que se quedan y los turistas combaten el calor disfrutando del ambiente lúdico del Bassin de la Villette o del Río Sena.
«Vengo a menudo aquí. Está guay ver que hay sitios donde poder estar y también actividades», comenta una de las visitantes a EFE. «Vamos a intentar ponernos en las tumbonas y disfrutar un poco de todo esto» -añade-.
Su amiga y ella han decidido dar un paseo y sentarse a la sombra, con una vista privilegiada que favorece la relajación y disfrutar del buen tiempo, en una zona especialmente popular entre la gente joven.
Algunos vecinos no se muestran del todo contentos con las iniciativas de Paris Plages, sobre todo por las diferencias de actividades entre el Bassin de la Villette, en medio de un barrio popular, y las realizadas en la orilla del Sena, en pleno centro de París.
Nathalie, una vecina del distrito 19, comenta que, debido a la organización de las playas parisinas, «hay más ruido, suciedad, y este año menos actividades para los niños: este es el Paris Plages de los pobres».
Julie, otra residente en los alrededores del canal, señala que le encanta darse una vuelta con su perro por los alrededores «y disfrutar del día». No le interesan los deportes acuáticos, pero para ella Paris Plages es una buena iniciativa: «Me parece genial, especialmente para los niños».
En la ribera del Sena, en el corazón de París, se puede disfrutar de música en directo, comida y festejos, además de un lugar donde pasear y gozar del entorno más monumental de la ciudad, que se vuelve muy especial al atardecer, cuando el agua refleja los cálidos colores en los edificios.
El buen ambiente es contagioso, y se respira un aire más refrescante y sosegado que en los bulliciosos puentes que atraviesan el río, o en las calles de los alrededores, llenas de tiendas, restaurantes e icónicos monumentos como la Catedral Notre-Dame, la Torre Eiffel o la Plaza de la Concordia
Para los parisinos que no se han ido de vacaciones, este tipo de iniciativas permiten un respiro en un verano especialmente caluroso como este, en el que la ciudad vive ya su segunda ola de calor. Algo a lo que los habitantes de la capital están poco acostumbrados.
Estas «playas», con todo lo que suponen de oasis de tranquilidad, de salud y de ocio, estarán abiertas hasta el 21 de agosto.