El papa Francisco en imagen de archivo (Aciprensa)
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Las actividades centrales de la Semana Santa se iniciaron este jueves con la misa del lavatorio de los pies, conmemorativa de aquel pasaje en el que Jesús, al cabo de la Última Cena, lavó los pies de sus discípulos, como señal de humildad, una ceremonia llena de simbolismo pero con un mensaje muy claro y comprometedor.
Este jueves en la noche la iglesia católica realizó, como es tradición, el ritual del lavatorio, con el que se inicia un tiempo de vigilia que culminará con la pascua de resurrección, en la madrugada el sábado para el domingo. En la catedral de Santo Domingo, la actividad estuvo presidida por el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo metropolitano.
El evangelio de Juan narra que luego de la última cena con sus apóstoles, en la que les reveló que sería crucificado, el hijo de Dios les lavó los pies, una costumbre en la época, pero no precisamente de un señor a sus súbditos.
Juan 13:
12. Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?
13. Vosotros me llamáis «el Maestro» y «el Señor», y decís bien, porque lo soy.
14. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros.
15. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros.
Jesús sabe que sus horas en esta tierra están contadas y se encarga de dejar su testamento, tan revolucionario como todas las cosas que ha hecho en tres años de prédicas, milagros y sanaciones. La que enseña Cristo es pues una humildad no de sumisión, sino de convicción.
Lucas, quien no relata el momento del lavatorio, sí recrea unas palabras de Jesús aquella noche, en las que deja de forma explícita el mandato de ser humildes y servir a los demás.
Lucas 22:
24. Entre ellos hubo también un altercado sobre quién de ellos parecía ser el mayor.
25. El les dijo: «Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar Bienhechores;
26. pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve.
27. Porque, ¿quién es mayor, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.
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Este viernes, el calendario litúrgico adquiere su mayor solemnidad, con alto nivel de recogimiento, oración y adoración al Santísimo, al conmemorarse el día en que Jesús fue llevado a la cruz por el poder terrenal que se sentía amenazado con la obra del heredero del reino de los cielos.
La doctrina cristiana indica que Jesús, siendo Dios hecho hombre, se sacrificó para, con la resurrección, redimir el pecado de sus seguidores; de ahí viene el llamado de la iglesia a la reflexión y por eso en cuaresma es más común el sacramento de la confesión o penitencia.
En cada parroquia habrá vía crucis, adoración de la cruz y lectura de la pasión y muerte de Cristo, que en la catedral adquiere la denominación de El sermón de las siete palabras, que da una interpretación aplicada a la actualidad de las siete frases que expresó Jesucristo camino a la cruz y una vez clavado en ella.
