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Batalla Electoral 2024

Leer las señales

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Nuestras autoridades deberían apreciar las señales importantes que les está transmitiendo la ciudadanía, las que deberían hacerles cambiar su accionar.

El fenómeno de manifestación ciudadana que se ha dado en relación con la exigencia del cumplimiento con la Ley General de Educación para que se destine a la educación un 4% del PIB en el presupuesto para el 2011, es una de ellas.  Esta campaña,  más allá de manifestar  la creencia en que la educación es una prioridad,  ha servido de  catalizador de grandes frustraciones ciudadanas acumuladas.

Las redes sociales y otros instrumentos de la sociedad moderna están permitiendo que muchas personas que  forman parte de una “masa silente”, expresen su inconformidad, habiéndose desatado un debate en el que están participando nuestros propios niños; que si bien no necesariamente tendrá como resultado el logro de la exigencia del 4%, hará que probablemente la educación pública comience a ser vista por nuestros líderes con mayor seriedad, como la prioridad número uno que es.

Cuando se examinan los resultados de la última encuesta Gallup-Hoy en la que se indica que apenas un 11% de la población cree que el gobierno está resolviendo los problemas del país, se puede evaluar cuán profunda es la inconformidad ciudadana.

Lo mismo sucede cuando se revisan los resultados del  reciente informe LATINOBARÓMETRO 2010.  De todos los países medidos en la región ocupamos el primer lugar en cuanto a evaluación desfavorable de la situación económica con un porcentaje de un 66%.

En cuanto a las expectativas futuras de riquezas para los hijos, los dominicanos somos el segundo país más pesimista, con un porcentaje de un 4.1%, superados sólo por Nicaragua y el que  tiene más bajas expectativas económicas, ocupando el último lugar en lo que se denomina como índice de sentimiento económico.

Todo esto demuestra que hay una desconexión entre las altas cifras de crecimiento económico del país y su impacto sobre la población.  Esto puede tener múltiples explicaciones, pero sin lugar a dudas una de ellas sería que no se está priorizando la solución de los problemas fundamentales del país.

Las señales que está dando la ciudadanía, deben ser tomadas en consideración por nuestras autoridades para que no se siga acrecentando la desconexión que se advierte, entre gobierno y gobernados.

Hace falta que nuestras autoridades vean más allá de la reciente victoria obtenida en las urnas en las elecciones congresionales y municipales con altas dosis de clientelismo, pues una cosa es ganar unas elecciones, y otra satisfacer las expectativas de la población.

Necesitamos  recuperar la confianza en el porvenir, en que existen oportunidades de mejoría en nuestra tierra, y que esto puede conseguirse a través de las opciones de poder.  Esto sólo podrá lograrse a base de acciones presentes que demuestren un cambio.  Todavía estamos a tiempo de hacerlo.

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