Si se ha fajado de campana a campana a mediar en Venezuela (más que Torrijos y Rodríguez Zapatero); si ha manejado el diálogo de las partes con toda delicadeza y tacto político; si ha tenido tan buena aceptación de las partes; si es el dominicano que más conoce el conflicto, sus raíces y peligros; si ha sido claro en rechazar toda injerencia extranjera, sea o no militar, en ese país…Entonces, ¿no resulta un acto de imperdonable mezquindad el que Danilo Medina no invitara a Leonel Fernández, ni siquiera como mirón, al rutilante diálogo de la oposición y el gobierno de Venezuela, precisamente aquí?