Tranquiliza saber que el ex presidente de la República, Leonel Fernández, está imitando acciones positivas del presidente Luis Abinader. Produce un gran alivio, escucharlo coincidir en lo relativo a Haití, en la defensa de la soberanía nacional y hasta en las intervenciones semanales con los medios de comunicación. Es una estupenda lección para la población, que líderes de la oposición, sean capaces de reconocer e imitar las buenas acciones del primer mandatario; enseña a ser humilde, objetivo, honesto.
El pasado lunes, tal como lo viene haciendo el presidente Abinader, Leonel inicio una interacción semanal con los medios de comunicación; como aspira a ser presidente de la República por cuarta vez, la llama “la voz del pueblo”, aunque solo sea la suya y de su partido; implica un reconocimiento de que ese mecanismo, mantiene al pueblo informado, que es lo que busca el Primer Mandatario con El Semanal, pues más que teorizar, le gusta laborar. Lo hemos visto recorrer el país y dejar sus huellas, con pequeños y grandes proyectos e inauguraciones; si le cuestionan sobre eso y del panorama nacional, habla en El Semanal.
Para Leonel es una estupenda idea, pues más que actuar, le gusta conceptualizar, encantar con palabras bonitas y ese escenario se lo permite; ojala, si logra volver a la primera magistratura, siga imitando a Abinader , acercándose al pueblo, sin discriminación, llevando soluciones, abriendo puertas para erradicar la pobreza, ayudando a elevar el nivel de vida, no solo de “tutumpotes” sino también de los “hijos de machepa”. Otra cosa digna de imitarse del presidente Abinader, es que, con firmeza y coraje, en todos los escenarios, sin temor, defiende la Soberanía Nacional, no la negocia; lo ha demostrado con la crisis en Haití; en su gestión, le ha dado prioridad a establecer un muro fronterizo, que ayuda a delimitar espacio entre Haití y RD y no se cansa de pedirle, a los organismos internacionales que vayan en auxilio de nuestro vecino.
Es una pena, que Leonel no construyera el muro durante doce años en el poder; se limitó a construir en Haití, y obsequiarle, entre otras cosas, una universidad estatal, por un costo de 50 millones de dólares y seguir directrices para complacer organismos internacionales, buscando escalar en los mismos.
Si Leonel vuelve a la presidencia, ojalá siga imitando a Abinader, entre otras cosas, con el muro, fortaleciéndolo, para ayudar a proteger la soberanía nacional ; invitando los líderes de la oposición a compartir, a consensuar soluciones a problemas nacionales, para fortalecer la democracia; aceptando ir a debate, pues en sus mandatos no asistió porque decía que sus opositores “no sabían conceptualizar”.
Cabe destacar que Abinader, en su diario vivir, educa la población, al proyectar la unidad familiar, la complicidad con su esposa e hijas; es un mensaje sobre la importancia del núcleo familiar, como plataforma para actuar con tranquilidad; es un ejemplo a imitar, una señal de que debemos fortalecer los valores, respetar las normas y delimitar las prioridades en las instituciones, para tener parámetros ejemplares, que ayuden a que reine armonía, alegría, paz, en la sociedad.