SANTO DOMINGO.- Para la psiquiatra Carmen Ramírez, la libertad del actor Andrés Castillo, quien estaba siendo acusado de agresión sexual contra una menor de 14 años, es violencia desde el Estado.
La experta entiende que la menor tuvo buena habilidad de grabar la llamada y que todas las niñas tienen que estar en capacidad de hacer lo mismo.
«Ellas tienen que preverlo, evidenciarlo, denunciarlo lo más rápido posible y tener reglas simples, hay medidas sencillas que podemos tomar, un adulto no habla con mis hijos sino es por vía mía, ni hembra ni varón, yo tengo derecho a revisar las redes de mis hijos, yo asisto a las actividades», agregó la también terapeuta familiar.
Así mismo destacó que a la población saber el nombre de la madre podría estorbar el proceso de aprendizaje de la menor.
Dijo que debemos quizás hacernos solidaria con la niña para que el gobierno haga lo que tiene que hacer en ese caso, «pero en cada hogar tenemos que preparar niñas que sean a todo dar en contra del abuso en contra de ellas».
«Ya incluso se sabe el nombre de la madre, si fuera mi hija yo estuviera muy mal, o sea ahorita van a empezar las clases y en la escuela donde a esa niña van a decir, fuiste tú, y eso va a estorbar el proceso de aprendizaje de ella».
Familia de menor se siente inconforme con decisión de juez:
«Nos sentimos tristes» fue la reacción de los familiares de la víctima de acoso, luego de que el juez Juan Francisco Consoró, lo dejara en libertad.
«Nos sentimos tristes ante la sentencia del juez que tan solo calificó los hechos denunciados como «conducta moralmente reprochable», pero no delictiva».
Según contó la madre, quien también es actriz, Castillo invitó a su hija, de 14 años, para participar en un supuesto casting. Sin embargo, le instó a que fuera sola sin la compañía de sus padres.
En un comunicado enviado a Noticias SIN, expresaron «nos desanima pensar en la oportunidad perdida para que muchas niñas y familias tengan más coraje a la hora de denunciar hechos de esta naturaleza que atentan contra la infancia y la juventud».
«Creemos que esta sentencia sienta un precedente de impunidad y puede llevar a muchas familias a sentir que no merece la pena denunciar hechos de esta naturaleza. Y que respalda la impunidad de las personas que perpetran este tipo de agresiones».
