El dato más notorio de la encuesta realizada por la reputada empresa Greenberg Quinlan Rosner, con el auspicio de Diario Libre es, obviamente, la ventaja de 59 a 36 por ciento que tiene el presidente Danilo Medina frente a Luís Abinader dentro del universo de votantes más inclinados a votar en las elecciones del 15 de mayo de este año. En cuanto al resto de los candidatos, solo Guillermo Moreno registra un dos por ciento de intención de voto a su favor, mientras que los demás aparecen con cero. Amable Aristy Castro captó el uno por ciento, pero este pasó a apoyar la candidatura de Medina poco tiempo después de publicada la encuesta.
Detrás de estos números hay otros que también trae la encuesta Greenberg que ayudan a entender el posicionamiento electoral de los diferentes candidatos. En lo que concierne a Medina, la encuesta revela que la tasa de apoyo general que este tiene como Presidente asciende a la cifra de 80 por ciento, mientras que el 69 por ciento desea continuar en la dirección que él lleva el país. Estos son porcentajes astronómicos para un Presidente en su cuarto año de mandato. A esto se agrega que el 92 por ciento aprueba el trabajo que está haciendo en educación, mientras que el 62 por ciento aprueba su labor en la electricidad y el 67 por ciento su trabajo en salud. Estas son áreas sociales críticas para la población, entre las cuales hay que resaltar la educación, tema del cual el presidente Medina se ha apropiado más que ningún otro con grandes beneficios políticos para él.
Estos números ponen de manifiesto porqué el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) está posicionado para continuar en el poder a partir de 2016, salvo la ocurrencia de acontecimientos imprevisibles que cambien dramáticamente el curso de la campaña electoral. Y hay un factor adicional que no recoge del todo la encuesta: la estabilidad y el crecimiento de la economía, lo cual es valorado especialmente por los sectores medios y altos de la sociedad en los que siempre subyace el temor de si un cambio de dirección del Gobierno podría conllevar nuevos ciclos de crisis e inestabilidad.
Sin embargo, no todo es color de rosa para el PLD. La encuesta Greenberg destaca una preocupación creciente de la población con el tema de la corrupción, y registra que el 55 porciento desaprueba el trabajo que está haciendo el presidente Medina para combatir este problema, al tiempo que solo el 47 por ciento expresa tener confianza en que él hará un mejor trabajo en esta materia. Otro tema crítico es el de la criminalidad, pues una extraordinaria mayoría del 85 por ciento afirma que la misma está peor, lo que representa 19 puntos más que el año pasado. Solo el 43 por ciento dice confiar que el presidente Medina hará un mejor trabajo que Abinader para contener el crimen.
Según la encuesta, estos temas abren una brecha al candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM) para ganar terreno electoral. Hay que señalar, sin embargo, que frente a los números tan altos de aprobación que tiene el presidente Medina en múltiples áreas de la política social, más el componente de estabilidad económica, es sumamente difícil que en esta coyuntura los temas de corrupción y criminalidad, en los que el gobierno es vulnerable, sean suficientes para cambiar la balanza electoral a favor del PRM. A esto se agrega la debilidad orgánica y política del PRM, partido que salió de una reciente división del histórico Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el cual está apoyando la reelección del presidente Medina.
En lo que concierne al PLD y el tema de la corrupción, la encuesta Greenberg toca una campana que dicho partido debe escuchar con atención, no solo porque es algo vulnerable en este frente, sino porque esta cuestión puede representar peligros mayores para la estabilidad del sistema político en los años por venir. Suele decirse que en el país la corrupción no es un tema de peso a la hora de definir las simpatías electorales, lo cual ha sido cierto hasta ahora, pero esta encuesta parece darle una nueva dimensión al problema. En otros países el tema de la corrupción ha socavado la legitimidad de los partidos políticos y las propias bases de la gobernabilidad, lo que debe servir de referencia al liderazgo político nacional, especialmente al PLD como partido gobernante, para tomar medidas que reviertan cualquier tendencia que lleven a nuestro país por el camino peligroso que han recorrido otros del desencanto de la gente con los políticos y con las instituciones del sistema democrático.
Finalmente, la encuesta Greenberg pone de manifiesto cuán difícil ha resultado para los partidos políticos pequeños lograr un posicionamiento electoral relevante que cambie la dinámica política del país. Este es un rasgo diferenciador del sistema político dominicano, pues en otros países la volatilidad electoral ha sido tan fuerte que los partidos tradicionales se han desvanecido, al tiempo que emergen nuevos partidos y candidatos en el corto período de un ciclo electoral a otro.
En el caso dominicano todo parece indicar que en lo inmediato, ni del lado progresista ni del lado conservador emergerá un partido con suficiente apoyo para poner en cuestionamiento las premisas de la competencia electoral entre los dos principales competidores, el PLD y el PRM. Los temas que las llamadas fuerzas emergentes han enarbolado –unos la corrupción, otros la inmigración haitiana, por ejemplo- no le han dado suficiente “gasolina” para llegar muy lejos. De hecho, en cuanto a este último tema, el 60 por ciento de la población apoya el trabajo que el presidente Medina está realizando, por lo que hay muy poco margen, si alguno, para crecer electoralmente sobre la base de explotar electoralmente la problemática de la inmigración, el cual ha sido el factor galvanizador de sectores de derecha en otros países, especialmente en Estados Unidos y Europa. En cualquier caso, todavía queda un trecho relativamente largo en la campaña electoral, por lo que nada que recoja una encuesta en estos momentos puede considerarse como definitivo e inmodificable. El tiempo dirá.
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