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Batalla Electoral 2024

Los caminos de las fechorías conducen al Despacho Presidencial

Imagen sin descripción

Recuerdo el dicho aquel de que “todos los caminos conducen a Roma”. También la frase de aquel promotor de la lucha libre: “todos los caminos conducen al parque Eugenio María de Hostos: esta noche Jack Veneno vs Relámpago Hernández”.

Vale ahora -sin que esto tenga nada de broma o del dicho por el dicho– que en casi todas las grandes fechorías de la delincuencia encumbrada los caminos conducen al Palacio Nacional y, específicamente, al Despacho Presidencial. Tanto en cuanto a fechorías en sí mismas, como respecto a la protección oficial que les  garantiza impunidad a sus autores intelectuales y materiales.

Casos Orlando y Narcisazo

Pasó antes así -y sigue pasando ahora- en los dos casos más relevantes de asesinatos de Estado: Orlando Martínez y Narciso González.

En este último caso la ridiculez  dentro de la canallada llegó recientemente al extremo de poner a sustentar al gobierno peledeista la tesis del suicidio de Narcisazo y de disponer de una numerosa y bien pagada comitiva para tratar de que la Corte Interamericana de Justicia no condene al Estado Dominicano por “negligencia”.

Y en verdad no se trata solo de simple negligencia, sino de protección fríamente calculada durante casi 17 años de aquellos generales, políticos, oficiales y agentes identificados como partícipes del secuestro, del asesinato y su impunidad posterior; protección, encubrimiento y complicidad no solo autorizada inicialmente por el ex-presidente Balaguer-PRSC, sino también por los gobiernos de Leonel Fernández-PLD (durante11años) y de Hipólito Mejía-PRD (durante 4 años).

Pero esos son solo dos relevantes eslabones de la larga cadena de delitos de Estado que inculpa gravemente a  mandatarios, jefes militares y policiales, dirigentes políticos y altos funcionarios civiles; apuntando siempre en su tramo superior de responsabilidades hacia el Palacio Nacional y  específicamente hacia el despacho presidencial, como principal garante de impunidad y encubrimiento.

Narco-corrupción, “quiebras” bancarias y concesiones mineras

El caso Quirino exhibió conexiones con ministros, jefes militares, dirigentes políticos, tanto de la administración de Hipólito como la de Leonel.

Igual aconteció con las quiebras bancarias inducidas: ¿o vamos a olvidar de los favores a Leonel Fernández y Hipólito Mejía, la inacción de los superintendentes de bancos y la protección a los Pepe Goico (por su efectiva capacidad de chantaje y las secuelas de su Pepe-Cart) y a los funcionarios favorecidos del PRD, PRSC y PLD?

Paya fue otro caso relevante.

¿Acaso desconoce Leonel el rol del contralmirante Ventura Bayonet en ese “tumbe” y las conexiones militares que posibilitaron que ni la droga ni el dinero aparecieran?

¿Quién protegió entonces al jefe del sicariato de de la Marina de Guerra?

Nelson Solano (“El Zar de la heroína”), conectado con altos dirigentes del PLD, entre ellos el ex-ministro de obras públicas y actual director de la corporación del acueducto Freddy Pérez, llegó a entrevistarse varias veces con el propio Leonel Fernández y recibió del gobierno, a manera de “manto protector”, contratas de obras del Estado por un valor de 5,000 millones de pesos.

¿No sabía Hipólito Mejía y la cúpula del PRD quien es el general Guerrero Peralta, fundador junto a Ventura Bayonet del multi-cártel DNCD y del primer sicariato policial, como para haber rechazado que formara parte de su seguridad personal y de la de Miguel Vargas?

¿No sabe quien es el ex-general Ramírez Vidal (otro de sus socios político-policiales), asesino consumado y miembro destacado de la mafia policial?

¿Ignora Fernández los roles del ex-general Florentino y Florentino y del general García Aquino (actual jefe de la DNI) en la asociación y protección  de Quirino y de Figueroa Agosto respectivamente?

¿Desconoce el Presidente la conexión de Félix Bautista con Figueroa Agosto, con el asesinado coronel González y González y con las hermanas Peláez?

¿Por qué no explica el motivo de las fotos con  Arturo del Tiempo Márquez y la relación de su jefe policial Guzmán Fermín y del Banco de Reservas con este capo español?

¿Por qué evade el tema de las fotografías con Solano y las contratas concedidas a este otro narco-capo?

¿Cómo explicar sin contemplar beneficios particulares el leonino contrato con la Barrick Gold y los proyectos de expansión de ese consorcio criminal asociado al inescrupuloso magnate venezolano Gustavo Cisneros, quien por demás se esta apropiando de enormes riquezas naturales a cambio de bagatelas?

¿Qué pasó en el Congreso respecto a ese contrato?

¿Cómo explicar el acuerdo bipartidista de apoyo al mismo dirigido desde el Palacio y desde el local del PRD?

¿Acaso se pueden ocultar las relaciones de negocio y los financiamientos políticos de Cisneros y de la Barrick a favor de Vargas Maldonado y del propio Leonel y Funglode?

¿Quiénes han autorizado, además, el uso de las concesiones mineras y de propiedades inmobiliarias urbanas  para facilitar la distribución del territorio nacional a favor de la vieja oligarquía y los nuevos mega-ricos?

¿A cambio de qué?

¿Es todo esto gratuito, pura generosidad de los presidentes de turno?

El caso Karim  Nabaa Abú-Sador

Y ahora nos topetamos con el caso de Karim Abú Nabaa Nicolás, el hijo del negociante petrolero, el joven que “escapó” hacia Arabia Saudita después de engañar a medio mundo, malgastando fortuna y exhibiendo poder, incluidas fuertes relaciones con Leonel y con Hipólito.

Con Leonel hay fotografías como las que se tomo con los Del Tiempo y con Nelson Solano, que datan del periodo en que este “travieso” jovenzuelo exhibía escolta militar, organizaba competencia de carros Ferrani  y Porche en la pista de la base militar de San Isidro y amores con la hija del presidente Fernández; socia  por demás de las decoradora Margarita Gómez (“enllave” a su vez del  capo Quirino y de su socio el general leonelista Florentino y Florentino).

¡Cuantas coincidencias en fotos, hechos y contactos parecidos!

 

Mas tarde, disgustado el Abú-Sadorcito con la familia presidencial, le cogió con hacerle campaña a Hipólito, pintando algunos de sus carros, camionetas y carritos con la consigna “¡llegó papá!”

Esta claro clarito, pues, que los caminos en estos casos no conducen ni a Roma ni al Eugenio María de Hostos, pero si al Palacio Nacional, traspasando la puerta del Despacho Presidencial y sentándose en la celebrísima “silla de alfileres”.

Algo  que solo puede acontecer cuando el cohollo del poder  está tan podrido que amerita ser extirpado a la mayor brevedad, Justo cuando la rebelión se justifica. ¡Justo cuando la sublevación y el contrapoder de los /as jodidos/as más se necesita!

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