REDACCIÓN DEPORTIVA.- Los Angeles Clippers jugarán la primera final de la Conferencia Oeste de su historia tras eliminar este viernes a los Utah Jazz (4-2) en un memorable partido que remontaron de la mano de un héroe insólito como el joven Terance Mann (131-119).
Mann, que solo lleva dos temporadas como profesional y que en los Clippers cumple una función de chico multiusos, nunca había anotado más de 25 puntos en la NBA.
Pero hoy vivió la noche de sus sueños con 39 puntos en un Staples Center de Los Ángeles (EE.UU.) rendido a sus pies y con aforo completo por primera vez desde que empezó la pandemia.
La garra y la rabia de Mann fueron claves para que los angelinos remontaran un partido que perdían por 25 puntos en el tercer cuarto.
Ni siquiera la ausencia del lesionado Kawhi Leonard en los dos últimos encuentros pudo con estos Clippers que, ahora sí, son todo corazón.
Paul George dio su mejor versión (28 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias), Reggie Jackson estuvo efervescente (27 puntos y 10 asistencias) y Nicolas Batum y Patrick Beverley fueron los guardaespaldas de lujo para una soberbia actuación colectiva tanto en ataque (51 % en triples) como en defensa (13 robos).
El jarro de agua fría para los Jazz fue tremendo, ya que consiguieron el mejor balance de la temporada regular (50-22) y hoy dijeron adiós tras un duelo que controlaron totalmente en la primera mitad (50-72).
Donovan Mitchell (39 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias) fue el máximo referente de los de Utah.
Mike Conley, que se había perdido los anteriores cinco partidos, regresó esta noche pero no pudo evitar el desastre de su equipo.
Un invitado sorpresa
Aunque Mike Conley salió de titular en la novedad más importante de partida, la sorpresa el inicio fue la arrolladora irrupción de Terance Mann para los Clippers.
Hiperactivo e inagotable, Mann logró 10 puntos sin fallo en el tiro en menos de cuatro minutos, incluido un gran mate en rebote ofensivo sobre una torre como Rudy Gobert (12-10 con 8.09 por jugarse).
Las piezas empezaban a encajar para los angelinos: Paul George atacaba con poderío en penetración, Marcus Morris golpeaba desde el poste y Nicolas Batum subía sus prestaciones en defensa.
Pero a diferencia del quinto partido, los Jazz contaron esta vez con un Donovan Mitchell marcando diferencias desde el arranque.
Con una valentía casi temeraria para perforar la defensa de los Clippers, la estrella de los Jazz sumó 16 puntos en un fantástico primer cuarto (31-33).
Los Clippers continuaron tirando de casta con un alley-oop de Mann o un estupendo mate de Batum sobre Bojan Bogdanovic.
Pero a Mitchell se le apareció rápidamente un brillante aliado en la producción anotadora de los Jazz.
Jordan Clarkson, elegido mejor sexto hombre de la NBA, salió como un cohete desde el banquillo e impartió una clase magistral en tiro de media distancia para catapultar a los Jazz (42-55 con 5.25 por jugarse).
En ese instante, los Clippers mostraron sus primeras señales de debilidad.
Aturullados en ataque y sin antídotos en defensa, los locales padecían las acometidas de un Clarkson absolutamente eléctrico (18 puntos en el segundo cuarto).
Para empeorar aún más el panorama, Mitchell conectó dos triples seguidos que cayeron como una losa a un equipo que se desvaneció en el segundo cuarto (19-39) y que echó en falta la fría solidez de Kawhi Leonard para cuando las cosas se tuercen (50-72 en el intermedio).
Bastaba mirar la estadística al triple en el descanso para notar la diferencia entre ambos conjuntos: los Jazz consiguieron un magnífico 63 % (12 de 19), mientras que los Clippers ahogaron en un flojo 30 % (6 de 20).
Crecer con la defensa
Difícilmente podían ganar este partido encajando otros 72 puntos en la segunda mitad, así que los Clippers afrontaron la reanudación mordiendo en defensa.
Por poco se les va el plan a la basura tras un triple monumental de Mitchell casi desde el medio campo, pero a partir de entonces los locales robaron varios balones y recortaron la distancia de la mano de un Mann nacido para épica (59-75 con 9.26 por jugarse).
En un momento en el que el Staples Center se les podía haber caído encima, los Jazz respiraron hondo con los triples de Bogdanovic y Conley (64-85 a falta de 7.13).
Pero los Ángeles buscaba ya candidatos al héroe.
Reggie Jackson se asomó para aportar frescura, pero el hombre de la noche era un lanzadísimo Mann, que sacudía a los Jazz desde la esquina que dejaba desprotegida Gobert frente a un quinteto mucho más bajo y ágil.
Un inmenso parcial de 21-5, levantado piedra a piedra desde la defensa, enseñó el camino a unos Clippers enfurecidos.
Primero bajaron de los quince puntos, luego de los diez…
Y con cada barrera derribada, los fans cada vez estaban más convencidos de que la remontada era factible (85-90 con 2.16 por disputarse).
Al final, un triple de Jackson dejó el partido completamente abierto para el cuarto definitivo entre la euforia de la afición (91-94).
Batum metió un triple nada más empezar el cuarto parcial para igualar el encuentro y también conectó otro para despegar a los suyos (107-100 con 8.40 en el reloj).
George tomó con ímpetu el relevo en la ofensiva, mientras que en la defensa Beverley y Jackson asfixiaban a Mitchell en dos para uno constantes.
Los Jazz empezaban a ver el fantasma de la eliminación a la vuelta de la esquina y no conseguían frenar a unos George y Jackson impresionantes.
Los de Utah plantaron batalla hasta el final, pero un triple de Beverley (125-115 a falta de 2.33) cerró una noche para la historia de los Clippers.
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