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Los ministros disidentes de la reelección

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Ambos dicen que no apoyarían una re-postulación del Presidente Medina para un tercer periodo.

Que se ajustan la fórmula de EEUU: dos periodos y basta ya.

Pero de paso encubren que la formula gringa es más que eso y que incluye cosas “no santas” derivadas de un bipartidismo con características esencialmente nefastas para la humanidad.

Dos partidos que se alternan,  representando, en fin de cuentas, el partido del gran capital privado, las corporaciones transnacionales y el poderoso complejo militar-financiero, y sus gobiernos siempre con ese poder permanente detrás.

Un poder fáctico de gran profundidad, que determina –aun con matices y énfasis distintos- el curso de sus políticas públicas en lo interno y en lo externo, normadas en gran parte por compromisos entre ambos polos políticos.

  • CUALIDADES DE AMBOS Y CONTEXTO POLÍTICO.

Ambos ministros -exhibiendo una independencia relativa en su relación con el sistema de partidos políticos y con el partido único del capital transnacional y local que los tutela- como parte de la tecnocracia moderna, no han ido más allá de ser colaboradores del bipartidismo criollo y de una u otra de sus facciones: PRD, PLD, jorge-blanquismo, leonelismo, danilismo…

Ambos, por ciertos méritos históricos, capacidades técnicas,  prestigio y decencia personal entran dentro de la categoría de lo que yo he llamado “bonsái” o “adornos” de Gobiernos corruptos, neoliberales y subordinados a EEUU.

Este último, el que preside Danilo Medina y comparte una facción del PLD, posiblemente el más corrupto de la historia republicana y de sus restringidas democracias representativas, incluido el propio Presidente de turno con la estafa record de Punta Catalina a cuesta y todo el devenir la corrupción pelediana que lo ha colocado al frente de una dictadura constitucional mafiosa, disfrazada de democracia y diseñada previamente por Leonel Fernández.

  • UNA ARGUMENTO INACEPTABLE.

Por eso -sin desmeritar el valor de diferenciarse a tiempo del desastre que puede implicar otra reelección de Danilo (como engendro y suma de más podredumbre a este pantano político-empresarial)- me parece una tomadura de pelo a la sociedad dominicana de parte del actual titular del ministerio de energía y mina recurrir a este argumento con el que rechaza ese paso  porque lo que está ocurriendo le hace daño a la democracia, la institucionalidad y daña sobre todo a las grandes conquistas que hemos tenido en estos años del gobierno del presidente Danilo Medina”.

¿Cuál democracia en un país donde todas las instituciones, controladas por el Presidente Medina, sirven a la corrupción, a la impunidad y al enriquecimiento vil de una  minoría voraz?

¿Cuáles conquistas en medio de la podredumbre gubernamental, de la crisis ambiental, del caos en el transporte, de la prostitución del 4 % para la educación, del desastre el sistema de salud y seguridad social, de la usurpación de las pensiones por los grandes bancos, de la alarmante inseguridad ciudadana y el auge de la narco-corrupción, de los feminicidios impunes a granel, del reinado de las mafias en las instituciones públicas, de la degradación gansteril de la política, de la existencia de un Estado delincuente con un sistema judicial a su servicio?

A eso se agrega que el referido ministro, al descartar su apoyo a la reelección presidencial, sigue apostando a una eventual e ilusoria opción peledeísta que supuestamente podría zafarse del clientelismo y la corrupción, cuando sabe que todas y cada una las restantes, sobre todo las que más posibilidades tienen (Leonel y Margarita) son de calañas parecidas, producto de una partidocracia prepotente, corrompida, articulada y financiada por fortunas espurias.

Insisto en que todo ejercicio mental o labial que procure separar a Danilo Medina de las características predominante del régimen que preside y de los actuales esfuerzos por perpetuarlo y perpetuarse, carece de veracidad y fundamentos. No superan el amor por los sofismas.

  • TARDE O TEMPRANO VENDRAN LAS REPRESALIAS.

De todas maneras hay que decir que ambos ministros le han tirado (a última hora) un jabón a uno de los preciados sancochos del Presidente Medina; y eso, tal y como late en las palabras de dos de sus prominentes alcancías, Gonzalo Castillo y JR Peralta, no se lo perdonarán.

En eso Danilo es sumamente balagueriano y el daño a sus ambiciones, sea decisivo o no, significativo o secundario, está hecho, por más alabanzas personales que lo acompañen.

Danilo es más que un “pichón de dictador”.

Es el actual dictador de una de las variantes de las denominadas “dicta-blandas” corruptas y corruptoras, en las que el descender de la silla de alfileres tiene riesgos.

El llamado a callar, no es para los que hablaron. A ellos les espera otra tipo de represalia.

Ese llamado es para los que pudieran imitar esa postura en lo adelante.

Es parte de un miedo en medio de señales indicadoras de que el proyecto se le puede desencuadernar.

Es el síndrome de los que van en un barco que no se ha hundido, pero que se puede hundir; o que si sigue flotando, podría contaminar a todo el sistema dominante.

En verdad, el afán de “quedarse” de Danilo y “el volver” de Leonel, se le ponen, sino imposible, cada vez más difícil y sobre todo más traumático.

Y lo peor es que las otras opciones electorales, que tampoco tienen que ver con la que el pueblo hastiado e indignado de tantas sinvergüencerías pueda crear en las calles, son esencialmente más de lo mismo, ya con traje morado o con vestido azul y colorao”; lo que nos remite a seguir ejerciendo la democracia  de calle independientemente de lo electoral, ahora y más allá del 2020.

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