La Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) y la Cervecería Nacional Dominicana lograron mantener en alto la dignidad de la premiación que todos los años realizan esas entidades a los artistas dominicanos. La ceremonia de entrega de los Premios Soberano realizada el pasado martes en el Teatro Nacional, fue un espectáculo de mucha calidad, con una amplia integración de los artistas y de toda la sociedad. Como espectáculo superó las expectativas de cara a las anteriores 28 entregas de ese mismo premio que antes tenía otra denominación.
Esta primera entrega con el nombre Soberano logró calar en el público y consolidó el nuevo nombre y la nueva imagen. A pesar de que la ceremonia fue larga y un poco lenta, segmentos como la actuación de los Hermanos Rosario juntos, el homenaje a los artistas que murieron el año pasado y la soberbia actuación de los grupos cristianos Tercer Cielo y Redimidos, fueron momentos inolvidables y de gran calidad que serán siempre muy bien recordados. La iluminación le dio un toque internacional que impactó de manera amplia.
Uno de los aspectos que más resaltó fue la conducción y presentación de la Alfombra Roja. Este año su producción fue muy bien lograda, el grupo de comunicadores y comunicadoras que se escogieron actuaron con un gran nivel de profesionalidad y en ningún momento cambiaron el sentido ni la orientación del trabajo que se estaba haciendo, a pesar de algunas situaciones que salían de su control. Es muy penoso que uno de los grandes atractivos de la noche soberana, la participación del bachatero Anthony Santos, se convirtiera en una acción vergonzosa e irrespetuosa de la dignidad y la historia dominicana. Ese bachatero, que tiene grandes limitaciones de conocimiento y de manejo ante un escenario de esa magnitud, al recibir uno de sus premios usó una expresión para alabar al dictador Trujillo y eso lo degradó a él como artista y como dominicano, y le puso un punto muy crítico a la premiación. Es una pena que un artista tan popular sea tan irrespetuoso de la historia y la lucha de su propio pueblo.
Otro desacierto fue la elección de Daniel Sarcos como conductor pues se manejó con muchas limitaciones. La actuación de los artistas internacionales Ricardo Montaner y el dúo de los hermanos Jesse y Joy fue muy débil y poco impactante. La premiación como tal presentó algunas cosas inexplicables como el hecho de que Eddy Herrera fuera nominado en cinco renglones y no ganara ninguno, asimismo que se premiara a una película y a una actriz de esa película como los mejores y entonces como director ganara el de otra.
Lo que si fue un gran acierto es la entrega del Gran Soberano a Héctor Acosta, El Torito. Ese reconocimiento a este merenguero es un justo reconocimiento no sólo a sus grandes éxitos del año pasado sino a una carrera de artista responsable, solidario, respetuoso, cumplidor y que sabe manejar con dignidad su carrera como artista. El Torito es un amigo leal, un ser humano solidario, un artista que sabe cuál es su papel y lo ejerce con respeto, con profesionalidad y con humildad. Bien por Acroarte y un gran abrazo al Torito!!!
Euri Cabral
Es Economista y Comunicador
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