SANTO DOMINGO.- Cuando las personas hablan del «ego» consideran que se trata de un todo y una sola cosa, sin embargo Ellus Vanessa Sulbarán, nos ayuda a identificar unos diez tipos, que coinciden con la investigación llevada a cabo por Iván Durán Garlick.
En una primera intervención en El Despertador, la terapeuta y psisóloga explicó los primeros cinco: los que creen que siempre tienen la razón y contestan todo aunque lo ignoren (sabelotodo); los que siempre quieren dominar la mesa en una reunión y no deja a los demás participar (insaciable); el que se autoreferencia y no deja que el otro se exprese (interruptor); el que no soporta el éxito de los demás e intenta cortarle las alas (envidioso) y por último los que necesitan la admiración como fuente de motivación (prestigioso).
En esta oportunidad, la especialista aborda los cinco restantes:
Jinete: La persona que pasa la vida «cabalgando», se hace pasar por tu amigo, le confías proyectos, ideas que vas desarrollando,mientras los va anotando para clonar la información y hacerla suya, explicó la psicóloga.
Orgulloso: Naturalmente es soberbio, no acepta una pérdida, no le gusta, siempre está justificando, no tiene la humildad para aceptar que algo salga mal, subrayó
Sordo: En una conversación aparenta escuchar, asiente para hacer creer que esta prestando atención, pero interrumpe la conversación para decir algo fuera del contexto, implantar su idea, atrapar la atención y la atrae hacia sí mismo.
Silencioso: De su boca solo salen críticas a su familia, amigos y pareja. No cambian su actitud, es su naturaleza.
Manipulador: Desde los niños se comienza a creer esa fuerza manipuladora, sin embargo, son personas que en todo momento buscan justificar motivos, son prejuicilaes, y buscan atrear atención, pero no sobre sus defectos o fallas, sino para lograr que las persona hagan, exactamente lo que están pensando.
El ego comienza a crecer desde la níñez, cuando se identifica el “yo” y todos podemos ser una víctima del propio o el de otros, lo importante es saber identificar el que nos domina en cada momento para poder frenarlo.