Un cordial saludo para todos mis queridos lectores.
Adolfo era un niño de seis años que viva solo con su mamá en un pequeño apartamento en una ciudad.
Su mamá trabajaba en una casa la cual limpiaba y cocinaba. La noche del 5 de enero Adolfo esperaba ansioso en su cama la venida de los Reyes Magos.
Pero su madre sabía que no habría regalo para Adolfo por falta de dinero. Para evitar su desilusión le dijo: Tú sabes que hay regalos invisibles que no se compran ni con dinero ni se venden ni se ven, como por ejemplo el amor de una madre.
A la mañana siguiente Alfonso se despierta y va al salón parroquial donde sus amigos que traen sus regalos en su mano y le preguntan a Adolfo, ¿A ti que te trajeron? Adolfo le contesto, a mi me han traído vienes invisibles, contesta a los chicos que se ríen. Entre ellos Raúl consentido que tiene el mejor regalo pero no es feliz.
El padre de Raúl se aflige. En eso ve a Adolfo, sentado en un rincón. Y le pregunta, ¿Que te han traído los Reyes Magos?
A mí, vienes invisibles, contesta Adolfo. Que no se venden ni se compran ni se ven, como el cariño de una madre.
El padre de Raúl comprendió que los regalos vistosos no hacen la felicidad, había descubierto que el amor de su madre era el camino a la felicidad.
Amenos a nuestras madres, como Dios la ama.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.
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