REDACCIÓN.- Manzur Dagga ha construido su carrera sobre una premisa clara: la tecnología debe ser un puente que une, no una barrera que separa. Su labor incansable se ha centrado en hacer que las herramientas innovadoras sean accesibles y útiles para todos, especialmente para aquellos que enfrentan limitaciones económicas y sociales.
Este enfoque en la inclusión social no solo define su filosofía empresarial, sino también su impacto como líder comprometido con el bienestar de las comunidades que lo rodean.
Convencido del potencial transformador de la tecnología, Manzur ve más allá de su utilidad práctica. Cree firmemente que puede empoderar a las personas, cerrar brechas de desigualdad y abrir oportunidades antes inimaginables.
Sin embargo, es consciente de que este poder permanece latente si las herramientas tecnológicas están fuera del alcance de quienes más las necesitan.
“La verdadera innovación no está en los dispositivos más avanzados, sino en cómo logramos que esas soluciones lleguen a quienes realmente las necesitan”, afirma.
Desde el inicio de su carrera, ha priorizado la accesibilidad en todas las decisiones estratégicas de sus negocios. Esto se traduce en desarrollar productos funcionales, duraderos y asequibles, incluso en contextos económicos difíciles.
Su compromiso con ofrecer valor sin comprometer la calidad ha establecido un estándar en el mercado venezolano, demostrando que la tecnología inclusiva no tiene que ser menos avanzada ni menos eficiente.
“Hacer accesible la tecnología no significa bajar la calidad, significa encontrar maneras creativas de ofrecer soluciones al alcance de todos”, explica.
Un ejemplo notable de su enfoque inclusivo es su trabajo en iniciativas educativas que integran tecnología en el aprendizaje. Ha liderado proyectos destinados a equipar escuelas, comunidades y jóvenes emprendedores con herramientas digitales que les permiten explorar nuevas oportunidades.
Estas iniciativas buscan no solo preparar a las personas para un mundo cada vez más digital, sino también darles las herramientas necesarias para ser agentes de cambio en sus propios entornos. “Cuando las personas tienen acceso a la tecnología, tienen acceso al conocimiento, y eso es un paso esencial hacia la igualdad”, comenta.
Además de la educación, Manzur ha explorado formas de utilizar la tecnología para mejorar la calidad de vida en las comunidades. Desde electrodomésticos eficientes que reducen el consumo energético hasta plataformas digitales que simplifican tareas cotidianas, sus esfuerzos están diseñados para hacer que la
tecnología sea útil y relevante en la vida diaria. Para él, el impacto no está solo en la innovación técnica, sino en cómo esta se traduce en beneficios tangibles para las personas. “La tecnología tiene que resolver problemas reales.
Si no mejora la vida de las personas, entonces no estamos haciendo suficiente”, señala.
Reconociendo que los desafíos sociales y económicos no pueden resolverse de manera aislada, ha buscado alianzas con organizaciones, instituciones educativas y gobiernos locales para maximizar el alcance de sus iniciativas.
Estas colaboraciones han permitido que sus proyectos tengan un impacto más amplio, beneficiando a comunidades enteras y fortaleciendo el tejido social.
“Cuando trabajamos juntos, podemos lograr cosas que ningún individuo o empresa podría hacer sola”, enfatiza.
Su compromiso con la inclusión también se refleja en su liderazgo empresarial. Dentro de sus empresas, ha fomentado una cultura de diversidad y participación, asegurando que todos los miembros de su equipo se sientan valorados y empoderados. Cree firmemente que las organizaciones inclusivas no solo son más éticas, sino también más innovadoras y exitosas. “La diversidad de ideas y perspectivas es lo que nos permite encontrar soluciones más creativas y efectivas”, comenta.
A pesar de los logros alcanzados, Manzur reconoce que la inclusión tecnológica sigue siendo un desafío global. Los costos, la infraestructura limitada y la falta de formación son barreras significativas que deben abordarse con soluciones sostenibles.
Sin embargo, su enfoque optimista lo impulsa a buscar constantemente nuevas maneras de superar estos obstáculos y ampliar el acceso a la tecnología. “No podemos cambiar todo de la noche a la mañana,
pero cada paso cuenta. Cada persona que tiene acceso a la tecnología es una persona que tiene más posibilidades de cambiar su vida”, reflexiona.
El trabajo de Manzur ha inspirado a otros líderes a seguir su ejemplo, demostrando que el éxito no se mide únicamente por los resultados financieros, sino por el impacto positivo que se genera en la vida de los demás.
Su legado en la tecnología inclusiva está marcado por su capacidad para ver más allá de los límites del mercado y enfocarse en las personas.
Mientras continúa liderando con propósito y pasión, Manzur Dagga reafirma que la tecnología es, en esencia, una herramienta para construir un futuro más justo y equitativo para todos. Su visión de un mundo donde la tecnología sea un motor de igualdad y progreso sigue guiando su trabajo, asegurando que sus iniciativas no solo transformen negocios, sino también vidas.
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