REDACCIÓN. – Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura en 2010 y figura clave de las letras hispanoamericanas, mantiene una relación histórica y compleja con la República Dominicana.
Más allá de su papel como narrador universal, el escritor peruano ha estado vinculado al país caribeño tanto por razones literarias como personales y políticas.
El primer gran vínculo de Vargas Llosa con República Dominicana fue literario. Su aclamada novela La fiesta del Chivo (2000) retrata con crudeza la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, uno de los regímenes más represivos del siglo XX en América Latina.
Con una narración descarnada, el autor se adentra en el terror trujillista, utilizando una mezcla de ficción y hechos históricos para narrar los últimos días del dictador y el impacto de su régimen en la sociedad dominicana.
La obra no solo fue aplaudida por su calidad literaria, sino que también generó debate en el país, al presentar una imagen cruda y sin adornos de uno de los capítulos más oscuros de su historia. Sin embargo, muchos dominicanos vieron en La fiesta del Chivo una forma de reconocimiento internacional a su lucha por la democracia.
En años más recientes, Vargas Llosa volvió a estar bajo el ojo público dominicano debido a su relación con la socialité Isabel Preysler, con quien solía vacacionar en el exclusivo enclave de Casa de Campo, en La Romana.
Las visitas del escritor a suelo dominicano se hicieron frecuentes, alimentando la cobertura mediática y reforzando un lazo más íntimo con el país.
Vargas Llosa no ha sido ajeno a la política dominicana. En más de una ocasión ha expresado su opinión sobre el rumbo democrático del país.
En 2016, durante un discurso en Santo Domingo, hizo fuertes declaraciones sobre el sistema político y la corrupción en América Latina, refiriéndose indirectamente a la situación dominicana.
Estas palabras, aunque aplaudidas por algunos sectores, también generaron polémica entre figuras políticas locales, recordando que el autor nunca ha temido entrar en debates ideológicos, ya sea en su natal Perú o en cualquier país de la región.
Hoy, la relación de Mario Vargas Llosa con República Dominicana continúa siendo relevante, tanto por el legado literario de La fiesta del Chivo como por su conexión personal con el país.
Su mirada crítica, su presencia en la escena pública y su capacidad para generar conversación siguen haciendo del escritor un personaje de interés para la sociedad dominicana.
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