KABUL.- Al menos 2.053 personas murieron y unos 1.240 resultaron heridas a causa de los terremotos de 6,3 de magnitud y las consecutivas réplicas que sacudieron ayer la provincia de Herat, en el oeste de Afganistán, confirmaron este domingo las autoridades de Gestión de Desastres del país.
De acuerdo con los informes preliminares, 2.053 personas murieron y otras 1.240 resultaron heridas, informó en una conferencia de prensa el portavoz del Ministerio de Gestión de Desastres, Mula Janan Sayeq.
La mayoría de las víctimas se encuentran en 13 aldeas de Zindah Jan, epicentro de los seísmos, ubicado en el estado de Herat, donde 1.320 casas quedaron completamente destruidas, agregó el portavoz.
Las autoridades del país enviaron al menos diez equipos de rescate a la zona para atender a los sobrevivientes y proporcionar insumos, como agua, comida y medicinas.
Instituciones humanitarias como la Organización Mundial de la Salud o la Sociedad de la Media Luna Roja Afgana (ARCS) también se encuentran sobre el terreno agilizando las tareas de rescate, atendiendo a las víctimas y desplazando a los habitantes a zonas más seguras.
Afganistán sintió en la jornada de ayer al menos siete temblores. El primero y el cuarto, los de mayor magnitud, fueron de 6,3 grados y se produjeron en el distrito de Zindah Jan, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, en inglés).
Al primer seísmo terremoto le siguieron otras réplicas consecutivas de 5,5; 4,7; 6,3; y 5,9; en un lapso de una hora, y un poco más tarde otros dos de 4,8 y 4,9.
El país asiático se encuentran entre los países más propensos a desastres naturales, al estar situado en la cadena montañosa del Hindu Kush, un punto de gran actividad sísmica y habitual punto de origen de movimientos telúricos en la región.
Sin embargo, Afganistán cuenta con una población muy vulnerable, mayormente pobre, además de carecer de infraestructura suficiente para hacer frente a desastres como inundaciones o terremotos.
A finales de junio del año pasado un terremoto similar de magnitud 5,9 en las provincias afganas orientales de Paktika y Khost, fronterizas con Pakistán, provocó la muerte de más de mil personas y unos 1.500 heridos, además de la destrucción de cientos de viviendas.
Afganistán sufrió también una de las mayores catástrofes causadas por terremotos en 1998 en el norte del país, cuando en febrero dos seísmos de magnitud 5,9 y 6 causaron la muerte de unas 4.000 personas. Pocos meses después, a finales de mayo, otro seísmo de magnitud 7 volvió a sacudir la zona y causó unos 5.000 muertos.
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