BANGKOK.- Al menos 208 personas murieron en Filipinas debido al tifón Rai, que causó estragos entre el jueves y el sábado, mientras que los servicios de emergencia continúan teniendo dificultades este lunes para llevar ayuda a cientos de miles de damnificados.
La Policía Nacional filipina informó hoy de que al menos 52 personas permanecen desaparecidas tras el tifón, que causó una gran devastación en islas de la región central del país como Siargao, con gran parte de las viviendas destruidas y con falta de electricidad, agua y alimentos.
El chabolismo y la mala calidad de las construcciones empeoran los embates de los tifones que cada vez son más violentos en Filipinas debido a la crisis climática.
Conforme al reporte oficial, la provincia más afectada es Visayas Central con 129 fallecidos, seguida de la región de Caraga con 41 decesos, Visayas Occidental con 24, Norte Mindanao con 7, Visayas Oriental con 6 y un muerto en Zamboanga, recoge el canal GMA.
VIENTOS DE HASTA 240 KM/H
El tifón, que tocó tierra el jueves con vientos de hasta 240 kilómetros por hora, cruzó de este a oeste por unas nueve islas donde ha causado importantes daños en viviendas e infraestructuras, además de dejar al menos 239 heridos.
«Mucha gente llama a este lugar su hogar, es desolador ver esta devastación», indicó en Twitter la ONG Plan Internacional Filipinas junto con fotos de casas derruidas en Siargao.
«Descorazonador nuestro equipo de la OIM_Filipinas informando sobre la completa devastación en Massin, Leyte del Sur. El 90 % de los alojamientos dañados, necesidad urgente de alimentos, alojamiento, electricidad, kit sanitarios y más», dijo por su parte la presidenta de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Filipinas, Kristin Dadey.
Ante las protestas de los afectados por la lentitud con la que llega la ayuda, el presidente filipino, Rodrigo Duterte, pidió durante el fin de semana paciencia y prometió 2.000 millones de pesos (unos 40 millones de dólares o 35 millones de euros).
Según el Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres (NDRRMC), hay más de 442.000 personas desplazadas y cerca de un millón de afectados por el tifón.
El NDRRMC señaló que Rai provocó daños a 3.800 viviendas, al tiempo que dejó 227 localidades sin electricidad y causó deterioro en 41 carreteras y 4 puentes.
Debido al lento proceso de confirmación de las víctimas, el consejo de desastres cifra los muertos en 58, así como 18 desaparecidos y 199 heridos, datos significativamente inferiores a los ofrecidos por la Policía Nacional.
DECIMOQUINTO TIFÓN EN EL AÑO
El embate del tifón, conocido como Odette en el país y el decimoquinto en llegar a Filipinas este año, ha golpeado en un momento delicado debido al miedo por la nueva variante ómicron del coronavirus.
RAI salió el sábado de Filipinas tras causar inundaciones y corrimientos de tierra, lo que ha cortado las comunicaciones en numerosas localidades de las regiones de Visayas y Mindanao.
Muchas provincias, incluidas Cebu, Bohol y Guimaras, han sido declaradas zonas de desastre debido a los daños sufridos.
Un promedio de 20 tifones azotan Filipinas cada año y el más destructivo fue el supertifón Haiyan, el mayor de la historia reciente de Filipinas, que en noviembre de 2013 golpeó las islas de Samar y Leyte, matando a unas 7.000 personas y dejando a 200.000 familias sin hogar.
Filipinas es uno de los países más vulnerables a la crisis climática debido a los desastres naturales y, además, se asienta sobre el llamado «Anillo de Fuego del Pacífico», una zona que acumula alrededor del 90 % de la actividad sísmica y volcánica del planeta.